DEPORTES
federer-nadal, la final de miami

El clásico que nunca muere

La historia pendular también se da en el tenis.

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VENTAJA ESPAÑOLA. Jugaron 36 partidos, de los cuales el suizo ganó 13 y perdió 23. | cedoc

La historia pendular también se da en el tenis. Porque Roger Federer y Rafael Nadal, que se enfrentaron por primera vez en Miami, hoy (a las 14) volverán a verse en la misma pista, pero 13 años después. Entre aquel pasado y este presente, el suizo ganó 16 Grand Slam y sumó un total de 18, mientras que el español se convirtió en el “rey” de la arcilla y levantó 14 torneos grandes.

“Parecen los viejos tiempos, jugando entre nosotros cada fin de semana”, dijo Federer el sábado luego de ganarle a Nick Kyrgios por un apretadísimo 7-6 (11-9), 6-7 (9-11) y 7-6 (7-5). Horas antes, Nadal había vencido a Fabio Fognini por 6-1 y 7-5. Crandon Park –que ayer vio levantar el trofeo femenino a la británica Johanna Konta, que superó 6-4 y 6-3 a la danesa Caroline Wozniacki– ofrecerá hoy el duelo número 37 entre Federer y Nadal, y el tercero desde que arrancó un 2017 que ha revivido la antigua rivalidad entre estos dos grandes del tenis.

Hubo una época, esos “viejos tiempos” que Federer recuerda, en los que se enfrentaban prácticamente en cada gran final. Fue entre febrero de 2006 y mayo de 2009, cuando se midieron en 17 ocasiones, 15 de ellas con el título en juego. Esa rivalidad se diluyó en los años posteriores con la aparición de Novak Djokovic y Andy Murray. Las lesiones y los años llenaron de polvo esos recuerdos. Y cuando nadie apostaba por el regreso de ambos, tras un 2016 marcado por los problemas físicos, Federer –de 35 años– y Nadal –de 30– se citaron en la final del Abierto de Australia de 2017, después en los octavos de Indian Wells y ahora en Miami.

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“Soy un jugador muy agresivo con una gran derecha y que luchó muy duro”. Así se definió Nadal aquel 28 de marzo de 2004 tras vencer 6-3 y 6-3 a Federer, entonces número 1, en la ronda de 32 del certamen. Nadal tenía 17 años, apenas hablaba inglés, jugaba con camiseta sin mangas y ocupaba el puesto 34 del ranking. Pocos se imaginaban que ese día sería la semilla del gran clásico del tenis contemporáneo.