“Pibe, se me murió mi mamá. Lo que digan los medios sobre mí ya no me importa.” La madre de Julio Grondona falleció hace cinco meses. Tenía 102 años. El presidente de la AFA heredó genes más longevos y saludables que el promedio de la población. Quizás allí esté la explicación, o parte, de esta historia. Grondona (77) es doce años más viejo que Héctor Magnetto (65) y Luis Nofal (64), los CEO de Clarín y de Torneos y Competencias, pero su salud no muestra achaques mientras que los dos segundos luchan contra penosas enfermedades.
Clarín y Torneos y Competencias no habrían perdido los derechos de televisación del fútbol si Magnetto o Nofal (el histórico ‘canciller’ de Carlos Avila y dueño del 24% de Torneos y Competencias) hubieran conducido la negociación con Grondona. Dicen, incluso, que Magnetto está furioso porque a él le informaban que todo estaba bien encaminado hasta que se encontró con el hecho consumado: la pérdida de uno de sus negocios más rentables, y quizá el más emblemático.
Los grandes dictadores fueron personas longevas: Franco (82), Mao (82), Castro (83), Pinochet (91), Stroessner (93), el Mariscal Tito (87), Kim II Sung (82). Para ser un dictador importante también hay que tener suerte. El diablo sabe más por viejo que por diablo, dice el proverbio, y Grondona ha visto pasar a todos, de Videla a Kirchner, de Goar Mestre (el fundador de Canal 13) a Magnetto.
No por casualidad durante años Grondona llevó un anillo grabado con la leyenda “Todo pasa” (últimamente utiliza otro anillo con la leyenda opuesta, “Todo queda”, y parte de la misma visión de Heráclito sobre que todo fluye y ningún hombre se puede bañar dos veces en el mismo río).
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