Tiene 46 años, nació en Mendoza y se formó deportivamente en el Club Mendoza de Regatas, donde jugó al básquet y al fútbol. Desembarcó en la selección nacional de fútbol sala y partió hacia Italia en el 91 para jugar el Mundial con la casaca albiceleste. A partir de allí, la vida de Pablo Zalazar no volvió a transcurrir en la Argentina: se mudó a España, se convirtió en DT, aceptó el desafío de dirigir a Los Murciélagos ibéricos y, el 23 de agosto, se coronó subcampeón en el V Campeonato del Mundo de Fútbol Sala para Ciegos.
“La verdad es que una satisfacción enorme, porque el equipo nuestro es un equipo grande, no tiene jugadores jóvenes”, cuenta Zalazar en diálogo con 442. Sobre las expectativas con las cuales llegó el equipo al torneo, Pablo es claro: “Nuestro primer objetivo fue clasificar para semifinales y lo conseguimos. Después nos tocó China, que venía de ser subcampeón Paralímpico y era muy difícil llegar a la final. Por eso, lo que conseguimos fue un merito enorme”.
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Con respecto a la derrota frente a Brasil, que se consagró campeón por 2 a 0, Pablo asegura que los españoles estuvieron “a la altura de una final”. “Nos faltó ese poquito más de suerte para coronar una semana extraordinaria. Pero bueno, no podemos sentirnos ni defraudados ni decepcionados. Un subcampeonato del mundo creo que es mérito suficiente”.
Pionero. A diferencia de lo que sucede hoy en día, cuando Pablo comenzó a entrenar a los jugadores no videntes no había cursos ni estrategias didácticas específicas. Por eso, su base proviene de lo que estudió para ser entrenador hace 20 años y de haber crecido y experimentado con los jugadores, en un trabajo hecho en equipo.
“ De alguna manera me fui creando con el equipo, porque no había curso ni preparación especifica para en un principio ser entrenador de ciegos. Ahora si la hay, pero claro, los que damos los cursos somos los que más tiempo llevamos en todo esto”, cuenta.
¿Volver? Hace muchos años que Pablo vive en España, tiene un trabajo relacionado al mundo del deporte al margen de la selección de fútbol para ciegos -“el cargo de DT no me da estabilidad económica”, dice- y la idea de volver para dirigir a Los Murciélagos no es algo que le ronde por la cabeza. “Si vuelvo a la Argentina sería por otros motivos, no para dirigir a Los Murcielagos, porque llevo mucho tiempo fuera del país y lo que menos pretendo es llegar allí como el mesías”, explica.
