Un mundo es el que separaba a Lánus de Quilmes antes de comenzar el encuentro. El Granate, acomodado en la mitad de tabla del Apertura, marchaba triunfante en la Copa Sudamericana, mientras que Quilmes, sin triunfos en el torneo, empezaba a mirar con temor el abismo del descenso.
Y la lógica continuó en el clásico jugado en el estadio Centenario: El Granate derrotó 2-1 a Quilmes para escalar posiciones en el campeonato, mientras que el conjunto de la cerveza, no levanta cabeza y continúa último en la tabla de posiciones.
El partido comenzó con los roles invertidos, Quilmes atacaba de forma activa y Lanús no podía hacer pie en la cancha. Cuando apenas se jugaban diez minutos de partido, Diego Torres desbordó y envió un centro que el número ocho, Sebastián Rusculleda, conectó de cabeza: 1-0 para el local.
Durante la primera mitad, el equipo dirigido por Esteban Pogany no parecía el peor equipo del torneo, sin embargo, a medida que los minutos avanzaban, se notaba que Lanús, de a poco, equilibraba el cotejo. Diego Manicero y Agustín Pelletieri pudieron empatarlo, pero no fueron precisos.
En la segunda mitad, el combinado entrenado por Ramón Cabrero, salió decidido a encontrar el empate. Sebastián Salomón entró por Pelletieri, dándolo más peso ofensivo al Granate.
Y a los 11 minutos, tras un envío al área de Quilmes, el defensor Santiago Hoyos, muy libre de marcas, empató el partido: 1-1, las cosas estaban como al inicio.
Tres minutos después, el número 22 Lautaro Acosta habilitó a Manicero que esta vez no falló: Lanús los daba vuelta.
Desesperado y sin ideas de juego, el cervecero salió a buscar el empate, pero el Granate ya lo tenía controlado.
Sin embargo, en los últimos minutos Bustos Montoya pudo haber igualado, pero el “Chiquito” Bossio, que casi no tuvo trabajo, respondió para dejar a Quilmes con la manos vacías... otra vez.
Con este triunfo, Lanús suma 17 unidades, a cinco del puntero. Mientras que Quilmes, que no gana desde hace 16 fechas, acumula sólo dos puntos.