El piloto alemán Michael Schumacher, siete veces campeón mundial de Fórmula 1 y retirado desde 2006, fue el más rápido al volante de un Ferrari, en las primeras pruebas oficiales de la categoría tras el Mundial, en el circuito de Montmeló (Cataluña).
Pasaron 378 días desde la última vez que se subió a un auto de Fórmula 1, pero el heptacampeón mundial demostró que no ha perdido la magia a la hora de manejar. Se subió al monoplaza, dio 64 vueltas al circuito español de Barcelona y terminó siendo el más rápido del día por delante de su compañero de Ferrari, el italiano Luca Badoer, y del McLaren-Mercedes del español Pedro de la Rosa.
El alemán igualmente descartó regresar oficialmente, ya que sólo está ayudando a la escudería italiana a prepara el coche que se utilizará en el 2008, cuya principal novedad será la ausencia del control de tracción.
“Nunca se extinguió mi amor por este deporte y conducir un Fórmula 1 es lo máximo para un piloto de automovilismo”, dijo el siete veces campeón del mundo.
El 22 de octubre de 2006 en Brasil, se subió por última vez a un Ferrari cumpliendo su Gran Premio número 250. Desde ese entonces trabaja como asesor en la escudería de Maranello, donde en diez años logró cinco de sus siete títulos mundiales (los otros dos habían sido con la escudería Benetton).
“Espero que pueda ayudar a Ferrari en los preparativos para la nueva temporada. El próximo año están prohibidas las ayudas electrónicas en la Fórmula 1, por eso mi experiencia puede ser útil y práctica”, dijo Schumacher.