Daniel “el Tano” Angelici pasó los peores días en su carrera política. Disgustado con parte de su comisión directiva, y con pocas horas de sueño, ayer voló a Paraguay para intentar apaciguar la sanción que estaba por imponer la Conmebol a Boca. El viernes Mauricio Macri lo había llamado para darle su apoyo. Y ayer, horas después de que aterrizó en Paraguay, Angelici recibió en su teléfono un mensaje. El jefe de Gobierno porteño, otra vez, le demostró que, pasara lo que pasara, estaba de su lado.
Angelici no pensaba ir, pero cambió de opinión luego de que se enteró de una nota que River le había enviado al organismo que administra la Copa Libertadores donde se quejaba de una serie de irregularidades en la Bombonera que se sumarían al escándalo en la manga. Abogados de su confianza lo convencieron de que lo mejor era ir al país vecino, poner la cara y defenderse. Angelici entonces hizo lobby en la Conmebol para que Boca tenga una sanción que no impidiera que el año que viene juegue la Libertadores. Ese era su afán.
El jueves no pensaba lo mismo. Reunió a los hombres más importantes de su comisión directiva. Habían pasado minutos de la conferencia de prensa. La excusa: la aprobación de una convocatoria a la asamblea del club para aprobar el presupuesto. Pero se transformó en un ámbito de catarsis. “No tengo mucho para decirles, estoy muy mal. Vine a Boca a hacer las cosas bien y no lo logramos”, masculló.
Y les adelantó que ya sabía que la Conmebol iba a ser muy dura con el club: “El partido está perdido porque se metió Blatter (Joseph, el titular de la FIFA), no vamos a poder hacer nada”.
En ese encuentro con su comisión directiva también ensayó una crítica hacia sus miembros. Les expresó también que estaba cansado del “chiquitaje”, en relación a la reventa de entradas y a pequeños negocios que muchos directivos realizan con puestos de comida o de ropa.
En ese momento quienes lo escuchaban no dijeron una palabra. Hasta que llegó una fuerte crítica a la actitud de los jugadores. Fue entonces cuando otros dirigentes se sumaron a la disconformidad por no haber colaborado con sus pares de River. En especial, hubo quejas hacia el arquero de Boca, Agustín Orion, a quien visualizaron como el líder de la hostil actitud.
A todo esto Angelici viene cambiando fichas en su comisión directiva. Estuvo disgustado con el manejo de la seguridad en el club, en especial con el fiscal federal Carlos Stornelli, quien estuvo a cargo del tema hasta fin del año pasado. Angelici decidió separarlo pero aceptó la sugerencia del fiscal de nombrar al ex comisario Claudio Lucione, un hombre que fue echado de la fuerza en medio de denuncias de enriquecimiento ilícito, y quien fuera jefe de la custodia del Ministerio de Economía.
El caso del área de seguridad no fue el único de los últimos tiempos con respecto a la comisión directiva. También cambió el área de fútbol, donde recayó Augusto Di Giovani, el empresario dueño en Mar del Plata de Balneario 12, donde todos los veranos van los jugadores. Y Macri.