Habrá que dejar –ahora sí– de llamarlo “viejo continente”, no solo por una cuestión historiográfica, sino también por una cuestión futbolera: porque en lo técnico y en lo táctico, Europa está demostrando que es lo nuevo del fútbol internacional. Lo que el cuadro del Mundial de Rusia anticipaba desde los octavos de final se terminó de comprobar ayer, con la eliminación de Brasil y Uruguay.
Brasil cayó 2-1 ante Bélgica en Kazán y Uruguay perdió 2-0, sin atenuantes, ante Francia en Nizhni Nóvgorod, lo que garantizó que haya cuatro semifinalistas europeos a pesar de que aún faltan disputar los dos últimos duelos de cuartos de final, que serán hoy.
A más de una semana de la final del Mundial se sabe que habrá un nuevo campeón perteneciente a la UEFA (Unión Europea de Fútbol Asociado), que ya tuvo a los últimos tres seleccionados en lo más alto del podio: Italia (2006), España (2010) y Alemania (2014). Para encontrar al último sudamericano que levantó la copa hay que remontarse a Corea-Japón 2002, donde el Brasil que tenía como figura a Rivaldo obtuvo su quinto título.
El rigor estadístico dirá que el domingo 15, en el estadio Luzhniki de Moscú, Europa sumará su duodécima corona, mientras que Sudamérica se quedará en nueve sobre un total de 21 ediciones del torneo. Por Europa, Alemania e Italia suman cuatro títulos y siguen España, Francia e Inglaterra con uno. Franceses e ingleses son los únicos campeones que siguen en carrera en Rusia. Ahí puede ocurrir la otra novedad: hay altas probabilidades de que en Rusia haya un campeón que festeje por primera vez en su historia.
La última vez que hubo cuatro semifinalistas europeos sucedió en el Mundial de 2006, con los duelos Alemania-Italia y Portugal-Francia. Finalmente, Italia venció a Francia por penales en aquella final. Esto también sucedió en los Mundiales de 1934, 1966 y 1982. Casualidad o no, todos esos torneos fueron organizados en Europa.
“Desconocer la supremacía del fútbol europeo es desconocer la realidad histórica, económica y estructural del fútbol. Bolivia no tiene el poderío de Alemania, ni Uruguay el de Inglaterra. Lo raro no es esto”, declaró ayer Oscar Washington Tabárez, el técnico de la selección uruguaya, construyendo algo así como un discurso sobre Las Venas Abiertas de la Latinoamérica Futbolera. El Maestro lo dijo y reparó en que todavía no había jugado Brasil. Sin embargo, un par de horas después, la manta europea cubrió lo que faltaba con la victoria belga.
“El fútbol tiene algo de azar, pero no me gusta hablar de suerte. Es una manera de despreciar la competencia”, dijo el técnico de Brasil, Tite, quien se refirió a la superioridad de los europeos de manera integral: “El fútbol tiene muchas variables. Tenemos que analizar todo de forma global, aspectos tácticos, técnicos, físicos y emocionales”. En ese análisis, que deberá hacerse en los próximos años para recortar la asimetría que se evidencia hoy, estará la clave para que el Rey del Mundo quede, otra vez, de este lado del mundo.