Godoy Cruz tuvo el triunfo en la última jugada. Estuvo ahí, a unos centímetros de quedar al acecho de Boca, de darle sustento a la ilusión. Pero todo eso quedó en la nada. O, en términos reales, en un empate con sabor a poco: los mendocinos ahora están segundos, pero a tres puntos del líder, que hoy recibe a Newell’s en la Bombonera.
El Morro García fue el protagonista del tiro del final, de la jugada que nadie podía creer cómo terminó. Porque el uruguayo tomó la pelota en el área ante la marca rival y definió bien ante la salida de Arboleda. Iban 47 minutos del segundo tiempo y la pelota empezó a rodar hacia el arco. Pero justo ahí, en la línea, el defensor Sporle evitó el gol. Fue –el tiempo lo determinará– el momento en que Godoy Cruz dejó de soñar con la Superliga. El momento en que Boca quedó, quizás, demasiado lejos.
Antes de esa jugada, de esa ilusión rota, hubo un partido al que le sobró el primer tiempo. Todo lo bueno, todos los goles y todas las emociones sucedieron en el segundo: a los cuatro minutos, Enzo Kalinski abrió la cuenta para el “Taladro”, pero a los 26 lo igualó Victorio Ramis, con un golazo al ángulo. El juego del equipo mendocino giraba en torno a lo que podía aportar Guillermo “Pol” Fernández y la peligrosidad del “Morro” García, quien estuvo bien marcado por el paraguayo Danilo Ortíz. Banfield, por su parte, centraba su juego en Kalinski y en algunos avances de Jésus Dátolo.
Hasta el final el resultado se mantuvo incierto por las intenciones y oportunidades de ambos equipos, continuando el espectáculo en alto voltaje. Y en la última jugada de la tarde Godoy Cruz saboreó la victoria, pero Sporle se tiró para sacar la pelota en la línea. La jugada que, en cada repetición, sufrirán todo el fin de semana en Mendoza.