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zarpazo en nuez

Huracán desnudo a un River perdido

Por la primera semifinal, el equipo de Eduardo Domínguez ganó, y ganó bien. El gol lo hizo Espinoza. La revancha, el 26 en patricios.

Duelo especial. Espinoza, una de las figuras, ante la marca de Casco, quien nunca lo pudo detener. El gol llegó de un despeje del defensor que rebotó en el delantero.
| FotoBaires

Los que ya sacaron el pasaje para ver a River en Japón, anoche tuvieron su primera instancia de arrepentimiento: ¿qué pasa si llega a jugar así el Mundial de Clubes? ¿Llegará a pasar a la final? El campeón de América y campeón defensor de la Sudamericana tuvo un partido preocupante para el presente y para el futuro inmediato: cayó 1 a 0 ante Huracán, que lo superó en el juego, lo dejó comprometido para la revancha y exacerbó falencias.
Si algún desprevenido hubiera aterrizado en el Monumental repleto para ver el primer tiempo, no habría creído que los de la banda roja eran los campeones de América y los de verde corren riesgo de descender a la Primera B Nacional este lunes.

Huracán, con los colores de sus días fundacionales –aquellos en los que un grupo de pibes de Pompeya crearon el Verde esperanza y nunca pierde–, le hizo honor al globo de Jorge Newbery: con Toranzo y fundamentalmente Montenegro se adueñó de la pelota en el medio y complicó a River en todo la primera parte, sobre todo sobre el lateral que defendía Milton Casco y atacaba Cristian Espinoza, la joya de 20 años.
Pero el dominio no fue sólo en el medio. También lo dominó en el juego aéreo: el anticipo fue ni bien empezó el partido, con un cabezazo de Nervo en el primer palo que Wanchope Abila no pudo convertir en gol (le pifió a dos metros de la línea); la confirmación llegó a los 30 a través del mismo Nervo tras un córner.

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Pero el momento trascendental ocurrió a los 14 minutos, cuando Montenegro lanzó un pase entre líneas, Milton Casco intentó rechazar casi de espaldas y Espinoza, que lo había ido a apurar, terminó haciendo un gol de carambola. 1 a 0 y sorpresa.
La sorpresa, con el correr de los minutos, fue convirtiéndose en un triunfo merecido que estuvo cerca de ampliarse, luego de otra asistencia exquisita de Montenegro –casi una réplica de la del gol, desde el mismo sector y hacia el mismo lado– que derivó en un tiro de Abila que quedó en el techo del arco.

¿Y River? Sin conexión entre el medio y los delanteros –de hecho, en todo el primer tiempo no logró armar una jugada articulada en ataque– y con serias deficiencias en la defensa, especialmente en el lado de Casco, el escenario lo graficó mejor que nadie su técnico, Marcelo Gallardo, cuando le gritó a su ayudante Matías Biscay a modo de descarga: “No jugamos. Nos sacamos la pelota de encima”. Así, con ese escenario hecho frase, terminó el primer tiempo.

Para buscar cambiar la situación, Gallardo apostó a lo que tenía en el banco: Lucho González y Tabaré Viudez, y más tarde Saviola. Es cierto, el predominio de Huracán se atenuó, nunca sabremos si porque River mejoró o porque el equipo de Eduardo Domínguez decidió retroceder y apostar a una contra.

Pero la realidad fue que River, muy lejos de su nivel, al menos esbozó algo. Lo mejor de esa aproximación al nivel de otros meses se evidenció a los 28 del complemento, cuando Sánchez y Lucho se juntaron y construyeron una pared que no pudo terminar Saviola, que sigue peleado con el arco.
Abila, sobre el final, pudo resolver la serie, pero su globo se encontró con el travesaño. A esa altura, el Globo ya estaba volando.

 

“Ahora, a pensar en el lunes”

Huracán no pareció ser el que pelea en el torneo de Primera División por no descender. Una de las figuras de la cancha fue Federico Vismara, quien habló después de la victoria: “Hicimos un buen partido pese a quenos faltó precisión. Para muchos de nuestros jugadores esto es nuevo, porque son jóvenes. Ahora hay que pensar en el partido del lunes y salvar la categoría”, dijo.
Por su parte, Carlos Sánchez dijo: “No salieron las cosas, hicimos un partido malo pero hay revancha. Necesitamos corregir cosas y tenemos tiempo. No sé por qué nos cuesta aparecer: nerviosismo, ansiedad... dejamos una marca y ahora nos cuesta”.  Con respecto a su futuro post Mundial de Clubes, dejó una buena señal: “No descarto quedarme, Las cosas se están arreglando”, cerró.