Cuando tenía sólo 13 años, un tiburón la atacó y ella perdió un brazo. Pero a Bethany Hamilton, que a esa altura ya era toda una surfista, ese grave incidente no le sacó las ganas de meterse al agua. Un mes después ya estaba surfeando de nuevo y, convertida en toda una profesional, esta hawaiana ha cosechado admiración alrededor del mundo. Su increíble historia quedó reflejada en su autobiografía Soul Surfer (Surfista del alma) y ya llegó al cine bajo el mismo nombre.