Basta. Por la vieja, por la familia, por las críticas o por el hartazgo que le produjo estar los últimos años en el ojo de la tormenta. Basta. Por calificarlo de único responsable, por tildarlo de lento, desinteresado, malhumorado, desagradecido. Basta. Por las dudas, por las certezas, por los apoyos desmedidos y los odios del exitismo exacerbado.
Juan Román Riquelme dijo basta. Y su adiós a la Selección fue una estrategia más, como esas que arma dentro del campo de juego, porque fue preciso, certero, justo y creíble. Porque a pesar del dolor, la familia está primero. Porque dentro del mundo del fútbol, la picadora de carne también alcanza a quienes rodean al “astro” del momento, y Román encontró la forma de ponerle fin al asunto, como mejor pudo.
Nadie como Riquelme generó tantas controversias. No hay intermedio entre el amor absoluto que le profesan los hinchas de Boca y los amantes del juego pensado y el odio acérrimo de quienes lo culpan de la vuelta temprana de Alemania el último Mundial, por su lentitud, su indiferencia, su “falta de huevos”. "Zidane es el más grande hace diez años y no se ríe", explicó alguna vez.
Román nació en San Fernando el 24 de junio de 1978. Es dueño de una gambeta desequilibrante, una visión de juego pensada, analizada e inusualmente precisa y una pausa que lo equipara con los grandes estrategas que se vieron en los 60 y 70.
En Don Torcuato le vieron por primera vez sus jueguitos con la pelota. Mientras defendía los colores del club barrial La Carpita en los campeonatos barriales, se perfilaba una futura figura. Tanto impacto causó su despliegue que llegó a los oídos de varios busca talentos el nombre de Juan Román. Por fin, fue el enviado de Argentinos Juniors quien pudo vencer la vergüenza del pequeño y convencerlo de un futuro promisorio.
Arriba a la madrugada, cuadras y cuadras, tren, colectivo y por fin la cancha de Argentinos. Los inicios de Román fueron sacrificados, pero valían la pena. A pesar de no conseguir la titularidad, Román pudo forjar su talento, y en las fechas claves, ir a la Bombonera a hinchar por el equipo que luego se convertiría en su pasaje al estrellato.
El juego de Román sorprendió y gustó en las inferiores. Un llamado de Carlos Bilardo a Mauricio Macri con el nombre de algunos buenos jugadores de Argentinos terminó en la compra de Boca de varias promesas del club de la Paternal. Entre ellas estaba Riqueleme.
El debut de Román en Boca no se hizo esperar. Fue el 11 de noviembre de 1996 ante Unión de Santa Fé en “La Bombonera”.. La mala campaña del club obligó a Bilardo a hacer uso de sus flamantes figuras, y recurrió al volante para sacar adelante el encuentro.
En febrero de 1997, Román formó una gran dupla creativa con Pablo Aimar en la selección sub 20 que ganó en forma brillante el Campeonato Sudamericano de Chile, en aquel torneo convirtió 3 goles. Pero José Pekerman José Pekerman, un acérrimo defensor del volante construyó un verdadero “Dream Team” para el Campeonato Mundial de Malasia, y en ese campeonato Román brillo.
En la Selección Mayor Román debutó el 16 de noviembre de 1997. Daniel Passarella convocó a al último partido de Argentina en las eliminatorias hacia la Copa del Mundo Francia ’98. Ingresó en el minuto 80 en lugar de Marcelo Gallardo y las tribunas lo recibieron con una impresionante ovación.
Con Bianchi en Boca Román encontró un defensor de su juego y sus tiempos. Ya en el 2000, se enfrentó con otro gran desafío: jugó la Copa Libertadores de América y fue gran artífice de la tercera conquista continental de Boca Juniors.
El enfrentamiento con Mauricio Macri por temas económicos le valió el mote de Topo Gigio, la imitación que le dio notoriedad y por la cual pasó cuentas a los dirigentes xeneizes. Todo esto lo hizo desembarcar en el fútbol europeo, y luego de un breve paso por el Barcelona, hoy Riquelme es figura del Villareal.
La carrera de Juan Román en la selección terminó frente a Brasil, el último amistoso. Para aquellos que gustan de las comparaciones, el sucesor de Maradona, con sus similitudes y diferencias, con sus odios y amores, dijo basta. La prensa, las criticas, el exitismo lo corrieron de la blanquiceleste. La salud de su madre se lo agradece.