Ella sonríe, se asombra, se agarra la cabeza, se emociona, se concentra, salta, saca fotos, levanta el puño, festeja, llora, aplaude y regala sonrisas, casi siempre las más lindas del estadio. Mientras Novak Djokovic deslumbra al público con su tenis, Jelena Ristic, su novia, acapara la atención en cada partido que protagoniza el serbio con espontanea simpatía y belleza.