En un partido que lo importante no era el resultado sino la forma, la Selección sacó un aprobado con nota alta ante una Bolivia que fue un invitado ideal al último ensayo previo de cara a la Copa América. Si bien hay que tener en cuenta que la dificultad que se le presentó su rival fue nulo, es muy valorable que, sin Messi, los de Martino supieran trasladar las ideas que el entrenador tenía en la previa. Con Agüero en un gran nivel y Di María mostrando al Di María de la temporada pasada, el equipo dejó tranquilidad en la noche sanjuanina.
Sesenta segundos tardó Argentina en dejar claro que sus intenciones se basarían en la movilidad en ataque y en el aprovechamiento de los espacios que la zaga boliviana regalaba por doquier. La presión alta, una constante en todo el partido, le permitió a Gago recuperar la pelota para iniciar la tormenta que siguió en Pastore y el primer toque para Di María, quien de primera se la dio a Lavezzi, que en un toque dejó mano a mano a Agüero con el arquero Quiñonez. Lo único que imposibilitó el gol fue el palo. Esa jugada dejó en claro la tónica del partido.
Agüero, de 9. Aunque desequilibró cada vez que salió por los costados, el goleador de la Premier League fue un hombre bien de área que mostró que conoce todas los secretos de un puesto que luchará con Tevez e Higuaín. El Kun fue pivot, jugó muy bien de espalda al arco y fue el socio ideal de un Di María que hizo desastres como extremo izquierdo. El capitán ante la ausencia de Messi fue el Angelito que no se vio en toda la temporada en Manchester United: desequilibrante y claro de ideas.
Uno de los puntos altos fue el mediocampo argentino. Gago, Banega (de gran presente) y Pastore fueron el comienzo de todos los ataques. Ellos decidieron (bien) el origen de cada jugada con el primer pase. Pastore jugó libre y recibió la pelota siempre con espacio y ventaja para encarar a la débil defensa visitante.
La defensa fue quizás el único aspecto que no estuvo en un nivel tan alto. Sin ninguna exigencia, el equipo cometió muchas faltas con los delanteros rivales de espaldas al arco. Nada de que preocuparse, pero conforme pasen los partidos en Chile, el nivel del rival irá subiendo. La salida de Sergio Romero con un dolor en el hombro izquierdo fue el punto negativo de la noche.
El Bicentenario fue una fiesta de fútbol y de goles. La ilusión ante cada desafío siempre es grande, pero cuando se muestran actuaciones como la de anoche, en las que no estuvieron Messi, Tevez, ni Mascherano, el horizonte es mucho más que alentador.