Kevin Benavides terminó la primera parte del rally Dakar como el hombre a batir en la categoría motos ya que llegó a La Paz, donde la competencia tuvo ayer su día de descanso, como líder de la clasificación general. El piloto del equipo oficial Honda alcanzó este halago al finalizar segundo en la sexta etapa (Arequipa-La Paz) y a solo tres días de cumplir 29 años.
Oriundo de la provincia de Salta, Kevin pasó gran parte de su vida arriba de una motocicleta, y esa experiencia se hace notar en esta cuadragésima edición de la competencia más dura del mundo. De las seis jornadas realizadas, en las últimas cinco estuvo en el podio (cuatro veces fue segundo y una, tercero). Gracias a esa regularidad, desbancó del primer puesto al francés Adrien Van Beveren (Yamaha), a quien ahora le gana por un minuto y 57 segundos.
Benavides, que tiene en su palmarés varias victorias en la especialidad enduro en diferentes partes del mundo, llegó al universo dakariano en 2016 y rápidamente alcanzó protagonismo en una división en pleno proceso de renovación tras el retiro de sus dos referentes: el español Marc Coma, ahora director deportivo de la prueba, y el francés Cyril Despres, piloto del equipo Peugeot.
El primer contacto de Kevin con esta carrera fue como espectador, y recién en 2015 se subió a una moto de rally. Descubrió un mundo nuevo que lo fascinó: “Cada día me atrapa más porque esta clase de carreras es una aventura inesperada. Es peligroso, pero me gusta muchísimo”.
El motociclista terminó cuarto en su debut y, cuando aspiraba a luchar por el podio en la edición 2017, una lesión a quince días del inicio lo marginó. “Fue el momento más duro de mi trayectoria. Mientras se disputaba ese Dakar estaba muy deprimido, no tenía ganas de nada”, explicó.
Que Kevin Benavides esté al frente de la clasificación general no es casualidad. Es producto de haber trabajado mucho y de aprovechar al máximo los errores de sus rivales. Ahora él es el hombre a batir y deberá demostrar que está listo para tomarse su revancha a lo grande.