Muchos creían que no iba a tocar nada, que al menos en sus primeros días iba a mantener los nombres y el dibujo de un equipo que ganó todo. Él mismo afirmó antes de su llegada que en caso de tener que cambiar algo lo iba a hacer paulatinamente. Sin embargo, en su primera semana al frente de los entrenamientos de Boca Juniors, Ricardo Lavolpe, al fin y al cabo un técnico con firmes convicciones e ideas futbolísticas, empezó a dar por tierra con todas estas presunciones.
En la práctica de ayer, La Volpe demostró que sigue ensayando variantes en el esquema táctico que pretende inculcar a sus jugadores. El técnico probó varias formas diferentes de plantar al equipo: comenzó con un 3-4-1-2, pasó por el clásico 4-3-1-2 y terminó con un 4-2-2-2. En días previos, también había intentando con un 3-5-2.
Aunque esto parezca una suerte de cuestión matemática difícil de resolver, lo que parece seguro es que los nombres que saldrán a jugar el domingo contra Nueva Chicago por la octava fecha del Apertura, serán los mismos que lo venían haciendo hasta ahora. Es decir, solamente variaría el dibujo táctico.
El técnico paró primero un equipo con tres defensores (“Cata” Díaz, Morel Rodríguez y Juan Krupoviesa), cuatro volantes (Ibarra, Ledesma, Gago, Neri Cardozo), un enganche (Marino) y dos delanteros (Palacio y Palermo). Ese equipo derrotó 3-2 a los suplentes.
Luego, ingresaron Calvo por Ibarra y Dátolo por Marino. De esta manera, Neri Cardozo se ubicó de enganche y se volvió al esquema tradicional: 4-3-1-2.
Pero La Volpe no se quedó ahí: sacó a Dátolo y Cardozo e hizo ingresar a Barros Schelotto y Delgado, formando un equipo con cuatro defensores, dos volantes de contención, dos enganches y dos delanteros.
El ex DT de la selección mexicana parece decidido a darle un sello propio al equipo, aunque habrá que esperar el correr de los partidos para comprobar cuál será el estilo del nuevo Boca “post Basile”.