Sin duda alguna, el 2007 será recordado como un muy buen año para el deporte argentino, con figuras superlativas en los golfistas Angel Cabrera y Andrés Romero, el tenista David Nalbandian, el basquetbolista Emanuel Ginóbili, la jugadora de hockey sobre césped Luciana Aymar, rugbiers como Juan Martín Hernández, Agustín Pichot o Felipe Contepomi y futbolistas de la talla de Juan Román Riquelme y Lionel Messi.
Tampoco pueden dejarse de lado las performances cumplidas por Daniel Vanczik (golf), Guillermo Cañas (tenis), el ascenso vertiginoso de Juan Mónaco (tenis), la incorporación a la NBA de Luis Scola (básquetbol), las defensas del título mundial de Omar Narváez (boxeo), la explosión definitiva de Sergio “Kun” Agüero (fútbol), el bicampeonato de Matías Rossi en el TC 2000 y una nueva conquista de Adolfo Cambiasso (polo).
Para el golf nacional, fue un año inolvidable. El "Pato" Cabrera se adjudicó, entre otras conquistas, el Abierto de los Estados Unidos , los certámenes de Bermuda, Singapur y el torneo de Maestros en la Argentina, lo que lo hizo acreedor asimismo al Olimpia de Oro que entrega anualmente el Círculo de Periodistas Deportivos al mejor deportista argentino.
Ese galardón bien podría haber sido para Los Pumas, el seleccionado argentino de rugby que hizo historia en el Mundial de Francia , al quedar en el tercer lugar del podio y hacer vibrar con sus actuaciones a todos los argentinos gracias a actuaciones destacadísimas de Hernández, Pichot, Contepomi y Patricio Albacete.
Ninguno de esos rendimientos individuales, sin embargo, impidió que la gran figura fuera realmente el equipo, que fue eso en todo el sentido de la palabra y así logró escribir la página más gloriosa de Argentina en la historia de este deporte.
También hizo méritos para subirse a un hipotético podio del deporte argentino en 2007 David Nalbandian, gracias a un final de año arrasador en el que supo ganar los Masters de Madrid y París con triunfos memorables ante los mejores del ranking mundial, como el suizo Roger Federer o el español Rafael Nadal. El cordobés finalizó noveno en la clasificación de la ATP y es la gran carta de triunfo de la Argentina para el objetivo de la Copa Davis 2008.
Otro que dio la nota al vencer dos veces a Federer fue el bonaerense Cañas, quien el 12 de marzo, apenas seis meses después de volver al circuito luego de su suspensión por doping, puso punto final en el Masters de Indian Wells a una racha de 41 triunfos seguidos del suizo, que amenazaba con quebrar el récord de 46 que ostenta Guillermo Vilas. Apenas 16 días después llegó en Miami el segundo gran batacazo del nacido en Ciudad Evita, sin dudas la otra gran esperanza argentina para la Davis.
En materia futbolística, lo colectivo quedó relegado ante el lucimiento individual que alcanzaron en el exterior Lionel Messi en el Barcelona, Carlos Tevez, en el Manchester United y Sergio ‘Kun’ Agüero en el Atlético de Madrid. Y tampoco debe olvidarse lo hecho en la primera mitad del año por Juan Román Riquelme, genio, figura y conductor de un Boca nuevamente campeón de la Copa Libertadores .
Asimismo, pese a que no pudo ser coronado una vez más con el título, fue destacable lo hecho por la Selección de Basile en la Copa América de Venezuela, certamen en el que Riquelme y Messi mostraron lo mejor de su fútbol hasta la inesperada derrota contra Brasil en la final.
Esa decepción se vio compensada al menos en parte con el título logrado por el Sub-20 de Hugo Tocalli en el Mundial de la categoría , gracias principalmente a un Agüero al que le sobró paño para erigirse en figura y goleador del certamen.
En el orden local, el fútbol permitió asistir a una temporada nuevamente caracterizada por la violencia, el juego defensivo, los horrores de los árbitros y el constante éxodo de figuras, problemas de muy difícil solución en tanto y en cuanto la dirigencia de la AFA persista en eludir su responsabilidad en ello y las políticas para erradicarlos no sigan pasando de meras declaraciones de compromiso.
Dentro de ese marco lamentable, resultó un soplo de aire fresco y una grata inyección de optimismo lo hecho por tres clubes que, con toda su humildad a cuestas, demostraron a qué es posible llegar respaldando proyectos sensatos, sin histerias ni vedettismos y con más trabajo que millones de por medio: Lanús, que ganó su primer campeonato de Primera de la historia ; Arsenal, que obtuvo la Copa Sudamericana , y Tigre, que en un mismo año logró el ascenso y un inédito subcampeonato en Primera División .
En la primera mitad del año, fue muy bueno lo de San Lorenzo, que ganó casi de punta a punta un Clausura en el que Ramón Díaz sacó a relucir como nunca sus dotes de gran motivador, obviamente ayudado por un plantel que, tras obtener ese torneo, pareció extrañar mucho a figuras como Ezequiel Lavezzi y Cristian Ledesma, transferidos a clubes de Europa.
Otros deportistas destacados esta temporada fueron el remero Santiago Fernández y la “Leona” Luciana Aymar, elegida por cuarta vez seguida como la mejor jugadora del mundo por la Federación Internacional de Hockey sobre Césped.
La rosarina fue una vez más vital para que Las Leonas consiguieran la medalla de oro y la consecuente clasificación para los Juegos Olímpicos de Beijing en los Panamericanos de Río de Janeiro , donde las argentinas no mostraron el nivel esperado pero igual se las ingeniaron para llevarse una presea que en la historia de la competencia siempre quedó en manos del representativo nacional.
En la gran cita olímpica del año que comienza, la Argentina tendrá también la posibilidad de defender el oro conseguido en 2004 en fútbol y en básquetbol, gracias a los meritorios segundos puestos obtenidos respectivamente por el Sub-20 en el Sudamericano de la categoría y por un representativo nacional que se dio el lujo de prescindir de Emanuel Ginóbili -otra vez campeón de la NBA con los Spurs- en el Preolímpico de Las Vegas .
A falta de “Manu”, no obstante, todas las palmas y el premio al mejor jugador fueron al cabo de esa competencia igualmente para un argentino: Luis Scola, quien demostró un nivel excelente que, así como su desembarco en la exigente liga norteamericana, es uno de los motivos para soñar con que el básquet retenga el título conseguido en Atenas 2004.
Se cierra un muy buen año para el deporte argentino. Lo mejor, sin embargo, parece estar aún por venir. Y, al parecer, no dentro de mucho.