Si cuando tenía 15 años, Lionel Messi (y su padre) hubiesen aceptado la oferta de integrar entonces la selección juvenil de España, el rosarino estaría hoy en la tapa de los diarios Marca y El País con dos Eurocopas y un Mundial en su glorioso medallero. Hoy ya habría sido proclamado por la industria del fútbol como el mejor jugador de la historia del fútbol… Como jugador español, claro.