Mártires. Héroes. Gladiadores. O simplemente campeones. Los adjetivos con los que los brasileños despedirán hoy a los fallecidos en la tragedia aérea de Colombia, en la que murió casi todo el plantel del Chapecoense, son tantos como las miles de personas que asistirán al masivo velorio en Chapecó, donde se dará el último adiós a 51 de las 71 víctimas.
Más de 100 mil personas, la mitad de la población de esa pequeña ciudad en el estado de Santa Catarina, en el sur de Brasil, rendirán tributo a los jugadores y dirigentes de un equipo que había ascendido a Primera en 2014 y que estaba haciendo historia por haber llegado a su primera final internacional, que iba a disputarse contra Atlético Nacional el miércoles pasado.
Pero Chapecoense ahora es una causa nacional en un país de 204 millones de “torcedores”: Brasil aguarda la llegada de los restos de los “héroes” del club, que serán velados colectivamente en el estadio, mientras continúa la cadena de oraciones por la recuperación de los sobrevivientes.
Al cierre de esta edición, estaba previsto que aterrizara en Río de Janeiro el primer avión procedente de Medellín, con los profesionales de las cadenas Fox y Globo que murieron en el accidente. Mientras tanto, la Fuerza Aérea brasileña iba a llegar hoy a primera hora con los restos de los 19 jugadores, considerados “mártires” por los hinchas y buena parte del mundo del fútbol continental.
Más que un velorio, la ceremonia de hoy probablemente sea un inusual momento de unidad nacional en un país que está fracturado por choques políticos, una crisis económica e institucional y un agitado clima social, que tuvo como último capítulo una protesta de 20 mil personas el martes pasado en Brasilia.
No obstante, la tragedia que enlutó al mundo y puso a Chapecoense en el centro de la escena global atenuó toda disputa en un país que vive y transpira fútbol. El presidente de Brasil, Michel Temer, y el líder opositor, el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, expresaron al unísono sus condolencias a los familiares de las víctimas y dejaron de lado por un momento las diferencias insalvables que mantienen en el plano político.
Lo mismo ocurre con los clubes y los hinchas. En Brasil, hoy más que nunca, Chapecoense tiene 204 millones de hinchas. Para la despedida ya están acreditados más de mil periodistas de todo el país, y algunos del extranjero. Las cadenas de televisión enviaron equipos para transmitir flashes en vivo de la ceremonia en la que serán velados los 51 cuerpos de los jugadores, dirigentes, parte del cuerpo técnico y periodistas del sur brasileño.
El stock de flores de la ciudad fue insuficiente para la demanda ampliada por miles de hinchas del “Chape”, a la que se sumaron personas que viajaron desde otros puntos del estado de Santa Catarina y también de Paraná y Rio Grande do Sul, todos estados del sur brasileño. Hay flores colocadas en altares improvisados, y hasta la mañana de este viernes se veía a hinchas rezar por los ídolos fallecidos y por la recuperación del zaguero Neto, el lateral Alan Ruschel y el arquero Jackson Follmann, que permanecen internados en Medellín.
Ayer, tras recibir honores militares, los cuerpos de los cinco tripulantes bolivianos del vuelo 2933 de la empresa Lamia fueron llevados a su país en un Hércules de la Fuerza Aérea boliviana. Los otros dos miembros de la tripulación, el paraguayo Gustavo Encina (tripulante) y el venezolano Eduardo Lugo (jefe aeronavegación), fueron repatriados también a sus países. Además, trasladaron a su país los restos de seis brasileños, informó la cancillería colombiana. Entre los 71 fallecidos hay 64 brasileños.
Los partes medicos
Los centros médicos que atienden a los sobrevivientes informaron ayer que tres de los pacientes siguen delicados pero presentan evolución. El director de la Clínica San Juan de Dios del municipio de La Ceja, Luis Rodríguez, detalló que el jugador Neto, que sufrió un traumatismo craneal, y el periodista Rafael Hensel, con lesiones en el tórax, “siguen estables pero críticos”.
Por su parte, el director del Hospital San Vicente, Ferney Rodríguez, dijo que el pie izquierdo del jugador Jackson Follmann, a quien le amputaron la pierna derecha, no requerirá otra amputación.
De igual forma, la directora de la Clínica Somer, Ana María González, confió en que Alan Ruschel salga “pronto de su estado crítico” tras dos cirugías en la columna vertebral, que no dejaron secuelas en el sistema motor. Hoy le sacarían el respirador. González indicó además que el miembro de la tripulación Erwin Timiri podría ser dado de alta hoy, y su compañera Ximena Suárez se iría la semana que viene.
Infantino si, Temer no
El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, viajaba anoche rumbo a Brasil para participar del velorio colectivo en el estadio del Chapecoense, confirmó ayer a la agencia DPA uno de sus portavoces.
Infantino tenía previsto viajar a Australia, pero canceló su agenda para estar presente en el funeral de las víctimas del accidente aéreo que le costó la vida a 71 personas, entre ellas casi todo el plantel del Chapecoense.
En cambio, el presidente de Brasil, Michel Temer, no participará del velorio por temor a protestas en su contra, informó ayer la prensa brasileña.
Según un reporte del diario Folha de S. Paulo, Temer sólo estará presente en la ceremonia protocolar de la recepción de los cuerpos de las víctimas, pero no asistirá al funeral colectivo. La razón de su ausencia sería una posible protesta de grupos de izquierda contra el gobierno federal.