Desconcierto. Esa es la sensación que le dejó a Marcelo Gallardo la controversia acerca de si la Superliga volvía a jugarse o se postergaba a pedido de varios clubes, por entender que se desempeñarían en desigualdad de condiciones. Desconcierto también dejó el Muñeco ante la prensa, al declarar que tiene el equipo en mente para el clásico de mañana ante Independiente, pero que no lo hace público porque debe ajustar algunos detalles hasta último momento. ¿Entonces? Lo cierto es que el entrenador evalúa, hasta que se lo permita el tiempo, cómo solucionar el problema que le generaron las ausencias de Nicolás de la Cruz (suspendido) y Exequiel Palacios, transferido al fútbol alemán. En ese punto, las versiones indican que adelantaría a Milton Casco para que recorra el costado izquierdo del ataque y Fabricio Angileri ocupe el lateral izquierdo de la defensa. O que juegue Leonardo Ponzio en el medio haciendo correr hacia el costado izquierdo del medio campo a Enzo Pérez, con Casco en su posición natural.
Como se percibe, algo todavía no está tan claro en cuanto a la formación del equipo. Tampoco habría que descartar la chance de que ingrese el chileno Paulo Díaz, un comodín para el Muñeco cada vez que lo necesitó.
Respecto de la polémica entre AFA y la Superliga, Gallardo ahí sí fue claro: “Si los directivos aceptaron el calendario, no entiendo por qué hoy reclaman. Todos perdimos jugadores en la Sub 23, en mayor o en menor cantidad. Yo en la votación vi que muchos equipos que no tenían jugadores citados votaron para que no se reanude la Superliga”, disparó. A su vez, advirtió que hay que ir naturalizándose con “lo malo”, en referencia a su queja por los tiempos de trabajo: “Quiero preparar el equipo para que empiece a jugar. En esta cuestión se trata de ser prolijos y cumplir los reglamentos, no de sacar ventaja. Es mi opinión, aunque a veces quedo medio solo”, se fastidió.