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Los Pumas estuvieron más cerca que nunca, pero no pudieron llevarse la primera victoria en el Rugby Championship: cedieron en el cierre cuando sus jugadores sintieron el desgaste realizado durante la primera hora del partido, y perdieron 33-31 ante Sudáfrica.
Argentina lo tuvo a tiro, pero cerca del final, cuando llevaba 12 puntos de ventaja, se apagó ante un adversario que realizó los cambios en el momento justo y tuvo aire (y sobre todo físico) para dar vuelta una historia que parecía complicada.
En este nivel, es sabido que los errores se pagan caro y por eso, pese a hacer el desgaste y mantener la iniciativa durante los 40 minutos iniciales, Los Pumas se fueron al descanso perdiendo por 16-13.
El equipo de Daniel Hourcade arrancó bien, con un scrum sólido, buen control de pelota y actitud para atacar. Por eso lograron situarse en campo ajeno durante buena parte y estuvieron en gran parte del mismo en ventaja.
El descanso le vino bien al equipo argentino, que asimiló los golpes del final del primer tiempo y en pocos minutos revirtió la historia con un magnífico try del ingresado Tomás Cubelli.
Y esta vez no hubo margen para la desconcentración. Los Pumas siguieron atacando y de una jugada de primera fase nacida en un scrum llegó el try de Joaquín Tuculet, que se llevó puestos a dos sudafricanos y apoyó. Otra notable acción de Tuculet derivó en un penal que Sánchez tradujo en tres puntos más.
Promediaba la etapa final y el aroma a victoria, a hazaña, comenzaba a sentirse fuerte. Pero de un grosero error defensivo en media cancha nació el try de Cornal Hendricks, que volvió a sembrar dudas.
Y el desgaste terminó de hacer mella cuando tras una acción de line y maul, Marcell Coetzee apoyó en el ingoal albiceleste y la conversión de Morne Steyn empezó a derrumbar el sueño.
Renació la esperanza unos minutos más tarde con un penal anotado desde media cancha por Marcelo Bosch (31-30), pero una infracción capitalizada por Steyn a tres minutos del final enmudeció el Martearena.
No hay caso; Los Pumas no pueden sacarse las ganas de sumar su primer triunfo en el Rugby Championship. Y partidos como los de ayer, en los que se acaricia la victoria, duelen y mucho. Sin embargo, de tanto estar cerca, alguna vez la bola caerá para el otro lado.