Si el plano abierto entre el Mundial de Brasil y el de Rusia evidenciaba un camino traumático, el plano corto, el del último tramo hasta el debut con Islandia, lejos de diferenciarse, condensó esos traumas. Veamos: la lesión de Sergio Romero, apenas dos días después de que Sampaoli diera la lista de 23; la insólita polémica, atizada por un sector del periodismo, por los días libres a los jugadores; la suspensión y tensión diplomática con Israel por el amistoso suspendido en Jerusalén, a pedido de Lionel Messi y Javier Mascherano; y ahora, el paroxismo: una lesión grave, la de Manuel Lanzini, que se rompió los ligamentos, y una lesión leve, la de Ever Banega, que lo pone en duda a siete días del debut.
Sampaoli no cree en cábalas. Pero sí en la mala suerte.
Y si la cadena de lesiones e imprevistos está contribuyendo a profundizar el descrédito de esta Selección puertas afuera; puertas adentro, la lesión de Lanzini pulverizó el clima grupal, al menos por estas horas. Fue un golpe deportivo, porque el mediocampista tenía muchas chances de jugar como titular, pero sobre todo emocional: la bronca, el dolor y la impotencia predominaron en las últimas horas del plantel en Barcelona. La catarsis llegó, como muchas veces en esta época, a través de las redes sociales de los jugadores.
La rotura de ligamentos del jugador del West Ham fue mucho más inoportuna que la de Chiquito Romero. No por la importancia entre uno y otro –de hecho, en ese aspecto, lo de Romero podría haber sido más grave porque era el arquero titular– sino por el momento: Lanzini quedó desafectado justo cuando el grupo venía consolidándose, acumulaba varios días de convivencia y había atravesado una tormenta impensada, luego del pedido formal al presidente de la AFA para no viajar a Jerusalén y evitar, así, ser utilizados políticamente por Israel en el 70º aniversario de la creación de ese Estado. “Sin dudas que a nadie le gusta, pero bueno, son cosas que pasan. Está muy amargado”, dijo ayer un impertérrito Tapia en TyC Sports.
Giro inesperado. Lanzini se rompió los ligamentos ayer, mientras realizaba la práctica matutina, cuando recibió la pelota en la mitad de la cancha, quiso girar y se le trabó la rodilla. El jugador se dio cuenta al instante de la gravedad de la lesión. No es la primera vez que le pasa algo así: en un amistoso previo a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro frente a Colombia, el ex River sufrió un esguince en la rodilla izquierda que lo marginó del plantel. En esa oportunidad fue reemplazado por Cristian Pavón, quien estaba en la lista de reserva. Su reemplazante, en este Mundial que ya empieza, se resolverá hoy.
Hasta el final de la práctica el resto de jugadores no tuvieron conocimiento de la noticia. Se preparaban para un día tranquilo, para festejar el cumpleaños número 34 de Javier Mascherano, pero la tristeza envolvió todo cuando se enteraron de la grave lesión del ex River. El jugador lloraba desconsolado en su habitación, que comparte con Gabriel Mercado. “La situación es horrible, Lanzini está en su habitación, descansando, y algunos jugadores están bancándolo”, contó alguien del cuerpo técnico.
Messi también estaba golpeado. En los últimos días, Lanzini se había transformado en uno de sus socios más confiables. Se juntaba con él para elaborar jugadas limpias y a la vez aportar verticalidad.
Sampaoli tendrá que resolver ahora quién entrará en ese lugar, y también atender otro tema urticante: el estado físico de Banega, otro de los volantes centrales que podría ser titular, pero que el jueves sintió un pinchazo en su gemelo y ayer se entrenó diferenciado. La incertidumbre que genera Banega trajo, como consecuencia, que el técnico esperara unas horas más para designar al reemplazante de Lanzini. Sampaoli lo sabe y lo dice en la intimidad. Cada decisión, en este contexto, tiene que pensarse dos veces.
“Es el momento mas duro”
El mediocampista Eduardo Salvio confirmó ayer que “es el momento más duro desde que estamos todos acá en la Selección”, al referirse a la lesión que marginó del Mundial de Rusia 2018 al volante Manuel Lanzini, luego de que en el entrenamiento se rompiera el ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha. “Como grupo tenemos que apoyar a Manuel y dar todo lo mejor para darle una alegría a él”, destacó el actual jugador del Benfica de Portugal.
Sobre Islandia, el primer rival que enfrentará la Argentina en su debut, el próximo sábado, el ex Lanús y Atlético de Madrid vaticinó que “estamos todos metidos en el partido, la idea de juego está, será Jorge el que definirá el equipo”.
“Islandia es un equipo que en las últimas competiciones viene haciendo las cosas bien”, agregó el jugador nacido en Lanús en declaraciones a radio Continental. También aclaró que la estrategia podría variar de acuerdo al rival que tenga enfrente el equipo nacional: “Todos los partidos son diferentes. Y Argentina no va a jugar igual con Islandia que con Croacia o Nigeria”.
Respecto a sus posibilidades de ser titular, el mediocampista de 27 años subrayó: “Estoy disponible para jugar en cualquiera de las tres posiciones del costado derecho. Es algo que por mis características lo puedo hacer sin problemas”, finalizó.
Los candidatos a reemplazarlo
Hoy se sabrá el reemplazante de Manuel Lanzini en la lista de 23 futbolistas convocados para el Mundial de Rusia 2018. Y si bien en un primer momento la lista para reemplazar al actual enganche de West Ham de Inglaterra estaba compuesta por siete candidatos, tras varias reuniones que mantuvo Jorge Sampaoli con el resto de los integrantes del cuerpo técnico de la Selección argentina, finalmente el número se redujo a cuatro. Por otra parte, según dejaron entrever fuentes cercanas al entrenador argentino, se trataría de un volante interior y no de un reemplazante directo de Lanzini.
Entre esos cuatro candidatos, Enzo Pérez y Guido Pizarro estarían en un primer escalón, seguidos muy de cerca por Leandro Paredes y por Pablo Pérez. En cuanto a Diego Perotti, si bien su nombre también sonó con mucha fuerza, todo indica que habría sido descartado por el propio Sampaoli. Lo mismo habría ocurrido con Erik Lamela y Angel Correa.