Sin sobrarle nada, Croacia derrotó 2-0 a Nigeria y quedó como único líder del Grupo D, en lo que sería el dato negativo para Argentina. El positivo, sin embargo, es que los futuros rivales de la Selección ofrecieron poco y nada en los noventa minutos. Si el conjunto de Jorge Sampaoli logra ajustar su funcionamiento y mejora la pobre actuación que tuvo en su debut ante Islandia, ninguno de los dos futuros rivales parecen equipos peligrosos ni difíciles de vencer. Algo que, por supuesto, tiene que validarse en el campo.
Si trazamos una línea comparativa entre lo que ofreció Argentina frente a Islandia y lo que mostraron Croacia y Nigeria, las diferencias no son muchas, porque tal como sucedió con el seleccionado argentino, pese a la victoria, las grandes estrellas internacionales de Croacia tampoco estuvieron a la altura de sus pergaminos. Mientras Nigeria se paró en el fondo para intentar salir de contra (lo que nunca logró), el conjunto croata trató de instalarse en campo contrario con Rebic por izquierda y con Peresic por derecha que se repetían una y otra vez mandando centros para la cabeza de su goleador Mandzukic, quien se canso de pivotear por todo el frente de ataque, y de Kramaric, su arma ofensiva más peligrosa que desaprovechó tres chances claras para convertir.
El penal de Modric, que aunque apareció a cuentagotas fue la figura del partido, puso el 2-0 que terminó de liquidar a Nigeria. Los africanos, con más vergüenza que fútbol, intentaron ir por el descuento. Y en ese afán desesperado no hicieron más que desnudar la falta de ideas en ofensiva y los errores defensivos. Recién allí apareció Rakitic en su plenitud y se vio lo mejor de Croacia en materia ofensiva frente a un rival que pese a las buenas intenciones de Moses y de Iwobi nunca pudo llevar peligro al arco de Subasic. Nigeria no mostró solidez ni en el centro de la defensa ni por los laterales, donde Idowu y Sheku no lograban hacer pie. Ese puede ser el Talón de Aquiles de los africanos y el que, llegado el momento, tendrá que explotar al máximo la Selección argentina.
Por eso, salvo alguna sorpresa y teniendo en cuenta los resultados y lo demostrado hasta ahora por los cuatro equipos, todo indica que Nigeria asoma como el equipo más débil del grupo. De cara al futuro, siempre como una conjetura, da la sensación de que antes que preocuparse por Croacia o Nigeria, Argentina tiene que preocuparse por Argentina misma. Sin duda alguna, ése es el principal rival a vencer porque Croacia no fue lo que prometía y porque esta jóven Nigeria está muy lejos de las Súper Aguilas del pasado.