Comparten los mismos genes. Parte de un ADN que incluye gambetas, habilidad endiablada y gol. También comparten la misma pasión por el fútbol. Él asegura que Bruno, el menor, “va a ser mejor que yo”; Emanuel, el del medio, sueña con volver algún día a Newell’s “para jugar con Leo y Maxi” y el más grande, Maximiliano, es el que le pone un freno a esta cuestión: “Soy Maxi, no el primo de Messi”.