El seleccionado argentino de rugby, Los Pumas, perdió hoy ante Italia por 13 a 12 en la agonía de un partido opaco, que cerró el primer semestre para un equipo que está viviendo un recambio, tanto de entrenadores como de jugadores, y en estos tres encuentros demostró que aún está lejos de parecerse al conjunto que finalizó tercero el año pasado en el Mundial de Francia.
Tan malo fue el encuentro que el máximo momento de esparcimiento de las 30.000 personas que se hicieron presentes en el estadio Olímpico de Córdoba, fue cuando en los últimos cinco minutos se dedicaron a hacer la ola, sin percatarse que dentro del campo de juego el equipo albiceleste corría riesgo de perder el encuentro.
Y eso fue lo que finalmente ocurrió en la última jugada del partido, cuando el hooker suplente de Italia, Leonardo Ghiraldini, culminó un buen movimiento de los forwards visitantes, para que segundos después el fullback Andrea Marcato, con su conversión, sellara la victoria 'azzurra'.
Hasta se puede llegar a decir que el triunfo italiano fue justo. Porque en el primer tiempo, pese a irse al descanso en desventaja por 12-3, el elenco que dirige el sudafricano Nick Mallet había manejado mejor la pelota, pero se había mostrado impreciso en los metros finales y además había optado por no patear a los postes no menos de cuatro penales factibles de conversión.
En esos 40 minutos iniciales, Los Pumas fueron efectivos y defendieron bien, más allá de que cometieron cantidad de infracciones (11), y lograron marcar una diferencia excesiva en el tanteador, merced a dos penales de Juan Martín Hernández y otros tantos de Marcelo Bosh.
En esa parte inicial hubo un momento clave, cuando sobre los 19 minutos Hernández salió lesionado (sufrió la fractura del metacarpiano derecho y tendría para dos meses), y el equipo que conduce Santiago Phelan quedó huérfano de conductor. Eso se sintió fundamentalmente en el segundo tiempo, en el que Italia no tuvo tanto la pelota y el juego siguió siendo friccionado, desordenado y muy cortado.
Los visitantes lograron ponerse a tiro con un nuevo penal de Marcato, pero de ahí en más practicamente no inquietaron. El partido se tornó cada vez más aburrido y sólo hubo dos jugadas de riesgo hasta el minuto final. Una fue sobre los 20, cuando tras un buen movimiento colectivo, Agulla se escapó hacia el ingoal pero cometió knock on. Después Bosh tuvo a todo a favor para liquidar el pleito, pero erró un penal bajo los postes.
La gente aburrida hacía la ola y se autovacionaba. Pero de golpe se quedó en silencio, una serie de penales le dieron la posibilidad a Italia de quedar a un metro del ingoal, Ghiraldini no perdonó y Marcato sentenció este primer semestre de la era Phelan, que no fue para nada bueno, ni en el juego ni en los resultados.
Fuente: DyN