Independiente, el viejo rey de copas, le ganó esta noche sobre la hora al muletto de Vélez Sarsfield 1-0, en el Cilindro de Avellaneda, y mantiene vivos sus sueños de volver a las competencias internacionales.
Daniel Montenegro impuso su jerarquía en uno de los últimos intentos de este adelanto de la duodécima fecha del torneo Clausura y con su gol le permitió a su equipo entusiasmarse con la chance de pelear por un lugar en las próximas citas continentales.
Con este triunfo del conjunto conducido en forma interina por Miguel Angel Santoro se puso a un punto de Lanús, que es, de momento, el último en clasificarse para la Copa Sudamericana 2007.
Además, Independiente le dio alcance a Vélez en la tabla acumulada de la temporada, en la que los dos le apuntan, fundamentalmente, a la entrada a la Sudamericana.
El primer tiempo fue muy interesante hasta los 20 minutos. El juego resultó entretenido y dinámico, con pasajes de buen fútbol por parte de Vélez, aunque de ninguna manera sobraron situaciones como para convertir.
Resultó efectiva la presión de los visitantes para achicarle los espacios a su adversario, que dio una imagen general de torpeza. De todos modos, Independiente también dispuso de algunas apariciones favorables, fundamentalmente cuando entró en acción un por entonces intermitente Daniel Montenegro.
A Vélez le faltó el último pase preciso y cuando llegó hasta los dominios de Walter Assmann el juvenil ratificó que tiene condiciones como para heredar el puesto cuando lo transfieran a Oscar Ustari.
En el equipo de Ricardo La Volpe se destacaron Leandro Coronel y Alejandro Cabral, quienes generaron las mejores jugadas a la espalda de Hernán Calello y Mariano Herrón.
En la formación del oeste porteño sirvió además el trabajo de Ariel Broggi con sus desbordes por la izquierda. En general Vélez no hizo más que desnudar la permeabilidad conocida de la retaguardia roja. En la última mitad del período el mediocampo de Independiente ajustó las marcas, Herrón se ocupó mejor de Cabral, Calello hizo lo propio con Coronel y Vélez ya no avanzó tan libremente.
De todos modos, esa levantada del anfitrión en la mitad de la cancha puso al cotejo en una meseta, por lo que las acciones se tornaron deslucidas. A pesar de haber jugado en un nivel inferior al de su oponente, el local tuvo la chance más profunda del capítulo, la que se desarrolló en el minuto 23.
El Rolfi Montenegro manejó la pelota por el sector derecho y con todo el juego volcado por ese sector leyó muy bien la subida de Juan Eluchans. Fue entonces cuando el capitán levantó el centro hacia el segundo palo y el lateral cabeceó con puntería de emboquillada, pero Gastón Sessa reaccionó y mandó la pelota por arriba del travesaño.
En el entretiempo el entrenador Miguel Angel Santoro hizo ingresar a Hernán Fredes por Herrón y a Vélez le costó todavía más prosperar en el terreno.
De todos modos, a los 9, hubo un cabezazo de Franco Razzotti que pegó en la espalda del paraguayo Carlos Báez y se fue al córner cuando parecía que el gol era irremediable.
A los 12 Rodrigo Díaz entró por Emiliano Armenteros y esa variante también contribuyó a que levantara su producción la alineación sureña. Independiente con el Rengo Díaz encontró un socio para Montenegro, se adelantó más en el campo de juego y hubo una mayor búsqueda de la valla rival.
Montenegro también generó otra acción propicia cuando disparó desde fuera del área grande y el Gato Sessa salvó la situación arrojándose hacia su izquierda.
Vélez de ninguna manera se resignó a esperar los movimientos de los rojos, pero perdió protagonismo. La diferencia la marcó el Rolfi cuando se acababa el partido, porque se retrasó para conseguir un espacio adecuado, se decidió, encaró entre varios adversarios y definió cruzado, arriba y a la derecha del arquero, quien alcanzó a tocar el balón, pero en forma insuficiente.
Aunque La Volpe terminó con un gesto que dejaba en claro que no lo podía creer, una vez más Vélez hizo un esfuerzo importante y los puntos se los llevó otro.