Que sólo falta la firma para que vuelva a Corinthians. Que eso es mentira. Que vuelve, pero al West Ham, de Inglaterra. Que se queda pero con condiciones. Que quiere irse por la seguridad de su familia. Que quiere quedarse para buscar una revancha.
Si las derrotas se midieran en rumores, Carlos Tevez podría estar –luego de la eliminación de Boca de la Copa Libertadores ante Independiente del Valle– viviendo la peor humillación de su carrera.
La prensa deportiva nacional e internacional, siempre tan dispuesta a las condenas sin juicios, hizo que el delantero pasara de ídolo a culpable en apenas una noche. Y ayer, cuando el eco del cross a la mandíbula bostera que significó la caída ante los ecuatorianos repercutía por todo el mundo, Tevez fue uno de los que quedaron en el centro de las críticas.
Es verdad, algún elemento para cuestionarlo existe: el Apache no incidió en ninguna de las dos semifinales, algo que se agudizó por el recuerdo de cómo había jugado en otros partidos decisivos desde su vuelta al club, como el 0-4 contra San Lorenzo en la final de la Supercopa Argentina.
Y como las derrotas impensadas intensifican procesos, la eliminación de la Libertadores reavivó algún rumor que circulaba desde hace algunas semanas: la supuesta intención de Carlitos de emigrar (esta semana, su hermano sufrió un robo y motorizó interpretaciones), algo que sólo podía evitarse, supuestamente, con la obtención de la Libertadores y la posibilidad de jugar el Mundial de Clubes en Japón en diciembre de este año. Esos proyectos se terminaron de diluir en esa Bombonera lluviosa y silenciosa por un resultado que parecía imposible: Boca empezó ganando los dos partidos, pero terminó perdiéndolos. Con el mismo equipo que había eliminado a River en octavos de final.
En la noche fatídica del jueves, Tevez fue uno de los primeros jugadores en retirarse del estadio. Y lo hizo como no lo hace nunca: sin formular declaraciones y sin dar ninguna certidumbre acerca de su futuro, ahora que sí se había terminado el semestre deportivo del club, pausado en mayo por la Copa América Centenario.
La pista iraní. “Está todo listo, sólo falta la firma de Tevez para que vuelva al Corinthians. Lo querían otros equipos, incluso la Juventus”. Kia Joorabchian, el polémico empresario iraní que llevó al Apache al Timão en 2005, soltó esa frase ayer, como para recargar de preguntas la continuidad del delantero en Boca, con el que tiene contrato hasta 2018. Sin embargo, unas horas más tarde, el mismo Corinthians comunicó que hasta el momento no existen negociaciones para la adquisición del delantero.
El que este mes sí había confirmado tratativas oficiales fue el galés David Sullivan, máximo accionista del West Ham United, quien informó que Tevez había pedido –lo que refleja que estaría dispuesto a irse de Boca– un suculento contrato de 250 mil libras (293 mil euros) por semana para volver a jugar en el club londinense, con el que debutó en la Premier League, en 2006, y al que salvó del descenso con una serie de goles en las últimas fechas de esa temporada.
De ese pasado a este presente hay mucho más que diez años. Hay, también, un modo de juego que cambió sustancialmente, y que Carlitos no logra adaptar al funcionamiento del equipo, ni en la época del Vasco Arruabarrena ni en la de los Barros Schelotto. Quedó evidenciado el jueves, cuando no apareció en todo el partido. Lo mismo le había pasado en Quito. En los dos encuentros, Carlitos apenas remató tres veces al arco (dos, desviado), y tiró cuatro centros. Un síntoma inequívoco de su presente, que no sabemos –nadie sabe– cuándo terminará.
La hora del recambio
Después de la frustración por haber quedado eliminado de la Libertadores, Boca volverá hoy a los entrenamientos, con la incertidumbre de cómo quedará conformado su plantel para esta temporada. Guillermo Barros Schelotto tendrá que reiniciar un proceso en medio de los rumores por la continuidad de Carlos Tevez y con las dudas que generaron las actuaciones de muchos de sus referentes –Agustín Orion y Daniel “Cata” Díaz, por citar algunos casos–. El Mellizo no contará con el uruguayo Nicolás Lodeiro, que se iría al Seattle Sounders de los Estados Unidos, a cambio de cinco millones de dólares. Otro volante uruguayo, Rodrigo Bentancur, también podría partir.
No hay todavía fecha fijada para el primer compromiso oficial, que seguramente será por la Copa Argentina, ante el ganador del partido que deben jugar Nueva Chicago y Ramón Santamarina, antes del inicio del campeonato.