Uno, dos, tres, diez fueron los compañeros que salieron delante de él y lo separaron de una salida del túnel que esperó durante diez años. Esa que allá a comienzos de año parecía utópica y que para sorpresa de todos, se cumplió. Carlos Tevez bajó de los primeros planos del fútbol mundial, de ésos a los que todo jugador de estos lares aspira a llegar, y volvió a pisar la Bombonera. Su regreso será recordado como “El día “C”: C” de Carlitos y “C” de Calleri, que la rompió e hizo un gol de rabona que quedará en la historia.
El recibimiento. La cancha de Boca vivió uno de esos días que perdurará en la memoria de los hinchas. Las banderas de su familia (“Papi, hoy volvés para seguir haciendo historia”) y de Diego Maradona (“Gracias por resignar plata para volver a Boca”) fueron apenas dos de los mil gestos de cariño que recibió Carlitos (como dice en su camiseta) en su fiesta. Antes de que los equipos estuviesen en la cancha ya se escuchaba el “vení vení, cantá conmigo, que un amigo vas a encontrar, que de la mano de Carlos Tevez, todos la vuelta vamos a dar”.
Cincuenta segundos tardó el hombre para provocar la primera ovación del público. Recibió de espaldas y con un pincelazo tiró un sombrero que hizo pasar de largo a Romero. La influencia de Tevez en su vuelta fue menor a la que su categoría le exige pero determinante en los toques de calidad que tuvo durante el correr del partido. Jerarquía pura. Eso le aporta el delantero a este Boca puntero. Su mejor jugada del primer tiempo fue una gambeta versión “Tevez 2003” que dejó a dos rivales en el camino y que terminó en las manos del arquero. Pero el arco no se le abrió en el debut. Tuvo que aparecer un pase riquelmeano de Pablo Pérez para que Sebastián Palacio rompiera el cero en el partido.
Un todoterreno. A pesar de no convertir, el complemento mostró el lado más goleador del Apache. En los primeros cinco minutos tuvo sus dos chances más claras: una terminó en las manos del arquero y otra dio en el travesaño. Pero en su vuelta, Tevez fue espectador de lujo en el antológico gol de Calleri, de quien habló tras la victoria: “Hace el trabajo sucio. Y con el gol, estoy sorprendido. No fue egoísta porque me la quería dar a mí; después, le quedó y la tiró como si nada”. El 27 de Boca fue el socio ideal para un Carlitos que hizo de todo en un partido que jugó más con el corazón que con la cabeza.
Conforme. Así se fue Tevez de su re debut. “Fue como lo soñaba. A medida que vayan pasando los partidos, me iré sintiendo mejor. Espero que me adapte rápido para el bien de Boca. A mí me cuesta jugar con cancha lenta y seca. Es una pelota de vóley, además. Y si la cancha no está bien, se hace difícil jugar un fútbol vistoso. Pero es mi primera impresión, no una crítica”. Habló y actuó como líder desde que pisó de nuevo el club. Así es el Tevez modelo 2015 que llegó para escribir otra página dorada en su cuento de hadas.
Socio de lujo
El querer ser generoso con un Tevez que entraba solo por el medio no hizo más que enaltecer un golazo que se llevará el número uno de los compilados de fin de año. Jonathan Calleri disimuló un defecto en una obra de arte al picarle la pelota de rabona a un arquero que con su mirada sólo hizo más espectacular su definición. “No tengo zurda, así que fue un recurso”, explicó el punta.
La figura en la fiesta de Carlitos comentó luego: “Este fue el más lindo gol que hice junto al de Temperley”. Y tuvo un buen mimo para un Julio César Falcioni que en las próximas horas puede dejar de ser el DT de Quilmes: “Le debo todo porque fue el único que tuvo huevos para ponerme”.