Conocido como lobito de río patagónico, el Huillin (Lontra provocax), una nutria endémica de la Patagonia, es el único predador semiacuático nativo del archipiélago fueguino, situándose en lo más alto de la cadena trófica y siendo. Por lo tanto, una especie protagonista en mantener el equilibrio de los ecosistemas costeros fueguinos.
A mediados del siglo pasado, su piel fue utilizada para la confección de prendas por eso su caza fue indiscriminada. Lo que puso a esta especie al borde de su desaparición. Se estima que en la Argentina quedan 250 huillines, de los cuales unos 200 viven en agua dulce en el Nahuel Huapi, y solamente 50, que viven en la costa marina, se encuentran en la provincia.
Salvar al Huillín necesita de la sinergia de voluntades científicas, políticas y comunitarias. De no ser así, Tierra del Fuego podría ser protagonista de la próxima extinción de un mamífero en Argentina.
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La expedición “La Delgada Linea Azul” en colaboración con la Fundación Rewilding Argentina, reunió expertos para realizar el primer relevamiento ecológico sistemático sobre el huillín en Península Mitre; sector que resultó de gran importancia para su conservación, dado que podría representar un corredor biológico entre las subpoblaciones de la especie en el Parque Nacional Tierra del Fuego y la Reserva Isla de los Estados, evitando su aislamiento poblacional y genético.
Alejandro Valenzuela es doctor en Ciencias Biológicas, Investigador del CONICET y profesor de la Universidad Nacional de Tierra del Fuego. Coordina las acciones para conservar al huillín para el Grupo de Especialistas de Nutrias de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN sus siglas en inglés) y desde el año 2005 viene trabajando en la conservación del Huillín.
“Para esta expedición nuestro trabajo consistió en recorrer las costas de las distintas bahías de Península Mitre buscando signos de presencia de la especie como madrigueras, huellas o defecaciones. Esto nos permite determinar qué tipo de hábitat o ambiente son los que más utiliza. Y colectando las defecaciones, podemos analizar la dieta de la especie e incluso, parásitos enfermedades, etc” dijo Valenzuela.
El investigador aclaró que “al culminar la primera parte de la expedición, estábamos preocupados ya que no encontramos signos actuales de presencia en sitios de Bahía Aguirre, donde teníamos algunos registros previos”. También reveló que “durante la segunda etapa de la expedición nos llevamos una gran sorpresa ya que encontramos registros de presencia de huillín en todas las bahías del sur de la Península, incluso en áreas no descriptas previamente por la ciencia”.
La investigación duró un total de 11 días dividida en dos etapas, se pudieron prospectar las Bahías Aguirre, Sloggett, Buen Suceso y Valentín, más sectores externos sobre el Canal Beagle. En los sitios con mayor actividad se colocaron cámaras “automáticas” que permitirán evaluar la actividad de los animales. El resto de los datos están siendo analizados por los investigadores para su posterior conclusión.
Gracias a la tecnología, no sólo se pueden evaluar cuándo los huillines están activos sino también cuál es la interacción con otras especies. El Lic. Alfredo Claverie, Becario Doctoral CONICET-UNTDF, dirigido por el Dr. Valenzuela y que también participó de la expedición comentó “Podemos ver las distintas interacciones, ya sean naturales, como se podría dar con un zorro colorado, o artificiales con alguna especie exótica como lo es el visón permiten también estudiar comportamientos y hábitos del huillín ya que es una especie de la que se sabe poco,” agregó Claverie.
Hoy, la presencia humana y sus actividades, como la modificación del hábitat, y las especies exóticas, como el visón, los perros asilvestrados y el ganado bagual, están empujando al huillín en Tierra del Fuego hacia la extinción.
Existen tres subpoblaciones de huillines en la provincia; dos de las cuales se encuentran dentro de áreas protegidas, una en el Parque Nacional Tierra del Fuego y otra en la Reserva Natural Provincial Isla de los Estados. La tercera población habita en Península Mitre la cual aún no es área natural protegida. Angeles de la Peña integrante de Fundación Rewilding Argentina explica “una de las bases para preservar una especie es proteger su hábitat. La ley que crea el área natural protegida Península Mitre aún no fue aprobada y es una herramienta clave si queremos evitar una próxima extinción en Argentina.”