El despliegue de medidas económicas que el Gobierno exhibió en el último mes, como la devaluación, la semi-apertura del cepo cambiario, la suba de la tasa de interés junto con el pedido de liquidación de cosecha a las cerealeras y las ventas de dólares de los bancos, no alcanzaron para modificar lo que tanto se temía el año pasado: la Argentina está en recesión y se vienen meses más difíciles.
Un escenario de caída del PBI en 2014, formaba parte solamente de los pronósticos considerados más pesimistas.
Sin embargo, con tan solo un mes y medio de transcurrido 2014, las estimaciones de los economistas cambiaron hacia una mayor caída, en muchos casos de entre 2 y 3 por ciento.
Y no es que no valoren los esfuerzos del Banco Central por lograr una paz cambiaria, pero el cóctel de alta inflación, las restricciones a las importaciones, tasa de interés que creció pero sigue siendo negativa en términos reales, menor consumo y devaluación en Brasil, hicieron que os problemas de fondo como el creciente déficit fiscal financiado con emisión monetaria continúe allí donde estaba.
“A raíz de las medidas que estuvo implementando el Gobierno decidimos corregir nuestra estimación de diciembre para 2014 sobre el PBI y pasamos de una caída de 1% a una baja del producto de entre 2 y 3%”, señaló Daniel Artana, economista de FIEL.
Para el especialista, existen cuestiones externas y domésticas que explican la recesión que deberá enfrentar el país. “Una de las principales razones es el crecimiento de la economía de Brasil, que se espera que avance un 2% este año. Esto sumado a una devaluación importante del real hace que el panorama se vea más complejo para la economía local”, agregó Artana.
Tal como detalla la consultora Finsoport en su último informe, en Brasil el tipo de cambio se devaluó un 17% en el último año, la inflación se aceleró a un 6,5% a mediados de 2013 y descendió en los últimos meses y en entre enero y septiembre solo creció 2,4 por ciento.
En ese sentido, el economista Enrique Szewach, apuntó que, de continuar en las condiciones actuales, “vamos a un escenario recesivo de entre 2 y 3% de caída del PBI no sólo por los cambios en la economía del vecino país sino también por el control sobre las importaciones”.
De acuerdo con el analista, es preciso recordar que estas restricciones siempre afectan el nivel de actividad y por supuesto los efectos de estas decisiones siempre tardan un poco es materializarse, pero a la luz del accionar del equipo económico, decidió acentuar su estimación de baja del PBI en diciembre era de tan solo 1,5% negativo.
El cuco. El déficit fiscal, sobre el que el ministro de Economía Axel Kicillof, no considera necesario actuar según declaró la semana pasada, es “la madre de todos los problemas”, para el resto de los economistas.
Al respecto, Luis Palma Cané, de Fimades, apuntó que una economía “no llega a tener recesión de un día para el otro. Por eso ya estamos viviendo un escenario de caída del producto y esto tiene su origen en el déficit fiscal que es financiado con emisión monetaria”.
Para Palma Cané, la suba de tasas llegó tarde y es escasa, porque sigue estando por debajo de la inflación, “por lo que podemos decir que la corre de atrás”.
Expectativas. De nuevo, todo se trata de un problema de expectativas. Después que el presidente del Banco Central Juan Carlos Fábrega, lograra mantener al dólar por debajo de los $8, “En la medida en que la gente piensa que el dólar va a subir, demora consumo o trata de ahorrar en dólares y en la medida en que se percibe que cae el salario real, más aún trata de adelantar la compra de algunos productos y elimina compras que no son de primera necesidad. Además, la suba de la tasa de interés también encarece el crédito por lo que el consumo se verá más restringido”, remarcó Szewach.
Así, los intentos de normalizar el mercado cambiario no podrá podrán resolver la tendencia a la baja de las reservas del Banco Central y queda abierto el interrogante sobre la necesidad de dólares después de que se liquide el grueso de la cosecha.
“Creo que la liquidación de la soja va a traer un alivio en el segundo trimestre del año, pero no sabemos qué viene después. Por fuera de eso, la Argentina no ha mostrado dinamismo en las exportaciones industriales y eso es producto también de un largo período de atraso cambiario que hizo que se vayan deteriorando”, apuntó Artana.
“Creemos que este comportamiento va a seguir así este año por lo que la exportación de granos solo puede atenuar la actual falta de dólares”. afirmó.
Por su parte, el economista Orlando Ferreres pronosticó que en febrero la inflación llegará a “un 3,8 %” y opinó que Gobierno esta aplicando “un plan de ajuste bastante ortodoxo”, porque se “impuso la realidad”.
Para Ferreres, la expectativa inflacionaria anual oscilaría entre “el 35 y 39%” y estimó que en los próximos meses habrá aumentos de algunos precios, ya que por ejemplo el “petróleo vale en dólares”.
“En febrero calculamos que la inflación estará en un 3,8 %. A pesar que no hubo este mes aumento en el transporte, sí se viene de una devaluación”, explicó