No sólo el Mundial —con el 7 a 1 ante Alemania incluido— dejará un sabor amargo este año en Brasil. El Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) informó ayer que la economía de ese país se retrajó un 0,6 % en el segundo trimestre del año, con lo cual ingresó en recesión técnica y encendió todavía más alertas en el gobierno: si no repunta el mayor socio del Mercosur, será aún más difícil que haya rebote en la Argentina.
Según el diario O’Globo, el impacto negativo de la Copa del Mundo de fútbol, el freno del consumo de las familias y las fuerte retracción de las inversiones, llevaron a la caída del Producto Bruto Interno (PBI) de Brasil.
En la comparación interanual, la caída del 0,9% y se suma a la retracción del 0,2% del primer trimestre. La sucesión de dos trimestres en rojo es, según las convenciones de los analistas, sustento para denominar “recesión” al actual proceso brasileño.
La proyección es que la economía brasileña crezca este año sólo un 0,7%. Brasil tiene elecciones presidenciales en octubre, donde la presidenta Dilma Rousseff buscará la reelección ante una oponente inesperada: la ecologista Marina Silva.
Los sectores que más se contrajeron respecto del primer trimestre fueron la industria y los servicios, con caídas de 1,5% y 0,5%, respectivamente. El sector agropecuario tuvo un leve crecimiento del 0,2%. Los sectores que tuvieron una fuerte retracción, en comparación con los tres meses anteriores, fueron las inversiones en máquinas para la producción, transporte, agropecuaria, energía, entre otros, con una caída del 5,3%.
Impacto. Los datos de la economía brasileña golpean fuerte en Argentina, donde también los datos oficiales reconocen que se entró en recesión luego de varios años de crecimiento, y donde se esperaba que un repunte en el país vecino traccionara el crecimiento de la industria local, en especial, la automotriz, que exporta mayormente los vehículos a ese destino.
“La crisis de Brasil es más grave que los fondos buitre”, suele decir una integrante del Poder Ejecutivo, para graficar lo que nuestro país sufre que el país vecino estornude.
En el sector automotor, se necesita que haya un crecimiento del orden del 4% en el mercado automotor para que empresas como FIAT (ver aparte) puedan colocar su producción. Si no, llegan las suspensiones, explican empresarios.
“Por este año y el año que viene, la demanda de autos no crecerá o crecerá muy poco”, dijo a PERFIL el economista Juan Jensen, de la firma Tendencias Económicas. Según sus cálculos, en general, el consumo en Brasil venía creciendo 5 o 6% al año y ahora estará creciendo al 2%. El bajo crecimiento o estancamiento va a seguir en 2015.
“Se viene un cambio en el manejo de la economía, que ya empezó, porque no depende de las elecciones. Si viene un gobierno menos intervencionista y el empresariado ve un futuro con una mejor situación, aun con medidas contractivas fiscales y monetarias, el flujo de capital hará subir las inversiones”, pronostica.