Los grandes bancos de inversión comienzan a ofrecer el canje de deuda a sus clientes, muchos tenedores de títulos que no se identificaron cuando Argentina habilitó la opción y que tampoco se sumaron a los grupos de acreedores que participaron de las negociaciones con el ministro de Economía, Martín Guzmán.
“Hasta ahora no lo habían hecho porque no era la oferta definitiva. O lo ofrecían con pocas ganas”, reconocen en el Gobierno. “Ahora los bancos se pusieron la oferta al hombro y salen a vender con otra actitud”, aseguran.
Las nuevas condiciones para la reestructuración de deuda se dieron a conocer el domingo y se publicaron este martes por la mañana oficialmente ante la SEC, la Securities and Exchange Commission, que regula el mercado financiero de los Estados Unidos. Guzmán anticipó que si no se llega al 50% de participación, la oferta quedará sin efecto.
La advertencia de Martín Guzmán a los acreedores: "Esta es la última oferta"
“Es la oferta definitiva. Hay muchas señales en ese sentido”, aseguran en el Ejecutivo. Una de ellas es ofrecer más ya no sería sustentable. “La realidad no permite mejorar más”, reiteran, aunque no es la primera vez que lo dicen.
Por otra parte, el envío al Congreso de la reestructuración para los bonos bajo ley local es otro reaseguro. La propuesta estará llegando al Parlamento esta semana y equipara el tratamiento con los bonistas del exterior. “Una vez que ese tren empieza a andar, no hay forma de pararlo”, grafican.
El tercer factor es el problema de credibilidad. Si no se cumple, generará malestar en el Fondo Monetario Internacional, con que el hay que negociar después un nuevo programa. El apoyo político del FMI está en juego.
Estrategia. El umbral de aceptación está en 50%. Los que entren al canje reciben el bono del 1%, un instrumento líquido, títulos performing -los nuevos bonos- y la cláusula RUFO (que les da derecho a reclamar lo mismo si se mejora la oferta), recuerdan en el Gobierno sobre la nueva propuesta que no contó, finalmente, con un título atado a las exportaciones. “Tendría que haber funcionado pero no se pudo, por la diferencia en cómo se percibió”, se lamentan en Gobierno.
"La intención es ponernos de acuerdo con Blackrock, no queremos confrontar"
En una conferencia organizada por la Universidad de Oxford, Guzmán, que disertó junto a la vicepresidenta del Banco Mundial, Carmen Reinhart, y la Economista Jefa del FMI, Gita Gopinath, aseguró que “una reestructuración de la deuda llevada a cabo con éxito sería de gran ayuda” pero recordó que “durante la pandemia no hubo acceso a la financiación externa, y llevará tiempo recuperar ese acceso”.
Tras la presentación de una nueva oferta, Guzmán recordó que el grupo Ad-Hoc de acreedores (que lidera BlackRock con Fidelity y Monarch) no aceptó la oferta. "Tendrán tiempo para decidir qué hacer, pero la reacción inicial de una serie de acreedores fue positiva”, añadió.
Los tres grupos de bonistas que participaron de las negociaciones representan el 40% de los bonos. El piso es 50% para que el canje se mantenga, un límite que busca poner presión y romper lo que en Economía ven como una “cartelización” de algunos bonistas. El grupo de BlackRock se unió en las ofertas y los reclamos legales al Exchange Bondholder Group. Ahora, tanto los bonistas que adhieren a la propuesta como el Gobierno, intenta romper ese bloque.
Para el FMI es un paso importante el nuevo canje
Apoyos. En los primeros dos días, Economía recibió el aval de Mohamed A. El-Erian, el ex CEO de PIMCO y ex asesor de Barack Obama, quien consideró que hay que aceptar la oferta. También los fondos Greylock, Fintech Advisory y Gramercy le dieron el visto bueno.
Se sumó el apoyo del FMI, que consideró que es “un paso importante” para llegar a un acuerdo. El Fondo había hecho un análisis de la sustentabilidad de una de las ofertas no oficiales que extendió el Gobierno. En esta ocasión, no se le pidió al organismo que mida la capacidad de repago.
La propuesta incluso recibió elogios por parte del ex ministro de Finanzas y titular del BCRA, Luis "Toto" Caputo, mientras que fue criticada por quien fuera el primer ministro de Hacienda de Mauricio Macri, Alfonso Prat-Gay. “No sé si alegrarme o angustiarme”, bromeó un funcionario sobre el aval de “Toto”, que generó consternación en algunas filas del oficialismo.
En el plano local, el banquero Jorge Brito, presidente del Macro, se mostró optimista y calificó como “muy importante” la oferta. “Es lo máximo que la Argentina puede pagar. Sin un acuerdo con los acreedores no salimos”, indicó en declaraciones radiales.
“Todas las empresas privadas del país tienen créditos tomados en el exterior. Todo ese crédito, si no acordás, se corta. Hay que entender lo importante que es el costo del crédito. Cuando es del 3% en dólares, producir es bastante fácil; cuando es de 13 o 14% en dólares, es imposible. Creo que, arreglado el tema de la deuda, el costo del capital en la Argentina va a bajar mucho, por eso es indispensable el acuerdo”, remarcó Brito.
PV / DS