El automovilismo es hoy, después del fútbol, el mercado cautivo más federal y que más fanáticos concentra por evento. Los medios empezaron a leer esos datos, y no tardaron en sacar tajada de la comercialización y televisación del deporte.
Como si fuera poco, todas las categorías que integran el automovilismo tienen potencial de crecimiento, una tendencia que no se presenta en el fútbol con la misma fuerza que en otros tiempos. Sin ir demasiado lejos, el torneo Apertura 2007 fue el segundo torneo de menor venta de entradas de los últimos 20 años (en 2006 el promedio por partido fue de 7.004 y en 2007 sólo de 5.449).
A esto también debe sumarse el estancamiento en rating que vienen registrando clásicos de la televisión abierta, como Fútbol de Primera, que no logran hacer arder la pantalla del domingo como en otras épocas. En parte, esto se debe a que la televisión está saturada de fútbol.
El Grupo Clarín fue el primero en meterse en el bolsillo la compra y los derechos de transmisión de las principales categorías del automovilismo argentino. Primero con la adquisición del 51% de Automóviles Deportivos 2000, la empresa que organiza y explota el TC2000, y luego con la compra del 51% de Carburando SA, que tiene los derechos de transmisión de Turismo Carretera, TC Mouras, T4000 Argentino, Turismo Pista, GT2000, Turismo Internacional, Copa Mégane y Desafío Focus.
Así, si bien el TC2000 es hoy un producto en etapa embrionaria, sus ejecutivos se relamen cuando analizan las proyecciones a futuro. La organización y producción de la categoría moviliza 2.000 personas por competencia y congrega a unas 400.000 personas anuales en las 14 carreras que integran el circuito, un mercado más que cautivo.