Con una velocidad mayor que la esperada, el dólar blue se disparó esta semana hasta $ 11,95 y puso nuevamente sobre relieve inconsistencias del modelo que, según economistas, ha ingresado en una fase de emergencia. En sólo cinco días, la cotización del dólar ilegal trepó $ 1,18 alejándose rápidamente del oficial, que, pese a una devaluación récord por parte del Gobierno, llegó a $ 6,80 y quedó a una distancia de 75% del precio operado en las cuevas.
El avance del paralelo de 20% en la primera quincena de enero y el aumento de la brecha cambiaria coincidieron con la caída de las reservas del Banco Central esta misma semana por debajo de los US$ 30 mil millones (que ayer resistieron en los US$ 29.758 millones que habían tocado el jueves). Al cóctel se suma una inflación ya proyectada de 30% que estimula los pedidos gremiales.
En el Ministerio de Economía registran el cambio de etapa y entienden que la apuesta de la dupla Jorge Capitanich-Axel Kicillof de llevar el dólar oficial a $ 7,50 en marzo –cuando los dólares de la cosecha eventualmente descompriman la tensión cambiaria– lucirá inerte mientras no baje la brecha con el paralelo, que frena inversiones y afecta la competitividad.
Por eso, buscan cambiar las expectativas financieras en el corto plazo, con señales de acuerdo con el Club de París (ver aparte) y con Repsol, por lo menos, más el reconocimiento de una inflación más real con el nuevo IPC Nacional desde febrero. Así, se animan hasta pronosticar alguna vuelta a los mercados de deuda, con, de mínima, una reprogramación de vencimientos. Capitanich, en tanto, ayer defendió el uso de reservas para pagar deuda y aseguró que “hay un mercado único y libre de cambios”.
La situación obliga a jugadas arriesgadas e inéditas, como la que ayer protagonizó el Banco Central. Por primera vez, la entidad irrumpió directamente como un agente bursátil en el mercado financiero con el objetivo de bajar el llamado “dólar Bolsa” y en consecuencia también el blue, aunque sin éxito en el último caso. Fuentes del mercado aseguraron que la autoridad monetaria intervino en la rueda a través del número de operador 250, compró bonos por los que entregó dólares –de esa forma volcó divisas al mercado para descomprimir la demanda– y luego vendió los títulos más operados (Boden 2015 y Bonar X) con una cotización sensiblemente menor que la de los días previos, por los que recibió pesos. Operadores que participaron de la rueda sostuvieron: “El Central sacrifica sus propias divisas y recupera pesos para lograr una baja en la cotización del “dólar Bolsa” (descendió de $ 10,50 a $ 9,50), pero eso no alcanzó para hacer caer al blue, que tiene una demanda que no para de crecer”. La entidad liderada por Juan Carlos Fábrega confirmó su participación en la compraventa de bonos, y las pizarras marcaron una baja de 4,7% en el Bonar X ($ 853) y una caída de 2,7% para el Boden 2015 ($ 973), que suman un monto operado en pesos de $ 34.252.747, notablemente superior al promedio de las últimas ruedas según analistas.
Tipificar la crisis. Para el ex ministro de Economía Jorge Remes Lenicov, estos datos son consecuencia “del cambio de modelo” que realizó la presidenta Cristina Kirchner en 2008. “En 2002 existía un tipo de cambio competitivo y superávits gemelos que sustentaron a la economía, pero desde 2008 se migró a un esquema basado en el consumo, con alta inflación”, explica. “Ya desde finales de 2011 la economía crece poco, el empleo se estancó, comenzó el déficit fiscal y se paró el ingreso de capitales –apunta– y con esto a la vista, la gente se fue al dólar”, concluye.
De cara a los próximos meses, Gastón Rossi, ex secretario de Política Económica, señala que la estrategia del Gobierno de mantener un fuerte ritmo de devaluación hasta llegar a marzo, presenta problemas: gran parte del beneficio que supone la depreciación del peso se pierde por la suba de precios y la devaluación del real en Brasil.
Luis Palma Cané, director de Fimades, coincidió en la necesidad de apuntar al gasto y remarcó con respecto al mercado cambiario: “Nada hace pensar que la brecha de más de 70% entre dólar oficial y el paralelo vaya a reducirse”. El ex presidente del BCRA Aldo Pignanelli no duda y avizora un dólar informal a diciembre de $ 17. “La cuenta es simple porque la inflación para este año va a ser de 35%”, dice.
Desde 2002 que no se devaluaba tan rápido
Varios economistas aseguraron a PERFIL que la devaluación oficial tiene una aceleración que no se veía desde la caída de la Convertibilidad. En el primer trimestre de 2002, el dólar trepó de $ 3 a $ 3,9. El 2 de enero pasado un dólar costaba $ 6,50. Ayer cerró a $ 6,87, una devaluación de 4,6% en sólo 15 días. En 2013, la depreciación fue del 34%. A este ritmo, se triplicaría en 2014.