El enfrentamiento frente al Congreso que tuvo lugar el jueves desató una serie de reclamos en el interior del Gobierno sobre la necesidad de repensar el rumbo de la economía, más precisamente, sobre el elevado nivel de tasa de política monetaria que el Banco Central como herramienta para combatir la inflación.
De acuerdo con la visión de funcionarios y analistas del sector privado, el clima social que se instaló esta semana luego de que la Casa Rosada subestimara el reclamo por la reforma previsional, “no dará margen para malas noticias en lo económico y la reactivación de los últimos meses, no tiene que ver tanto con la baja de la inflación sino con un ciclo que tiene fecha de vencimiento y necesitará una tasa más baja para sostenerse en el tiempo”.
Para los críticos de la política de la autoridad monetaria, es el programa de metas de inflación lo que hay que revisar: “si llegamos a la meta con un año de demora, no sería un problema, porque una tasa más baja hoy permitiría reactivar la economía y eso implicaría más recaudación, hoy el objetivo de recorte del déficit fiscal y la política monetaria se chocan. Pero no se puede subordinar todas las variables a las metas de inflación”.
Bajo fuego. Sobre este punto, Federico Sturzenegger, presidente del Banco Central, consideró como uno de los 10 puntos más importantes de su balance a dos años del inicio de su gestión que: “La coordinación con la política fiscal ha sido una cuestión abordada y planificada desde el principio de nuestra gestión. Las metas de inflación fueron establecidas en forma consistente con las transferencias que se preveían que el BCRA debería efectuar al Tesoro mientras se llevaba adelante la convergencia fiscal gradual”.
Funcionarios señalan que uno de los más interesados en que el Central baje la tasa de política monetaria que se encuentra en 28,75% es el ministro de Finanzas, Luis Caputo. “Esto demora sus planes para diversificar más sus emisiones en otras monedas, y de alguna forma, la licitación de Letes del Tesoro con una tasa más baja, le marca la cancha a Sturzenegger”.
Pero “cambiar la meta es no tener meta”, había dicho en conferencia de prensa el presidente del Banco Central meses atrás, cuando llegar al objetivo de 17% para este año comenzaba a hacerse difícil. Otros funcionarios relativizan el conflicto entre el Central y el resto de los ministros, creen que las tensiones entre ambos es normal y hasta sana, y recuerdan los resultados del alineamiento que tuvo Alejando Vanoli durante el kirchnerismo. En la experiencia internacional, si bien nadie conoce un caso en que se quiera reducir muy alta inflación en un puñado de años, recuerdan el de Colombia que, si bien no llegó a sus metas en los plazos previstos, logró vencer un proceso de desinflación.