Como todos los años, volvió el frío, y con él los cortes: ayer interrumpieron el servicio de gas a unas 160 industrias en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, y las regiones de Cuyo y la Patagonia.
Los cortes durarán hasta el jueves y podrían extenderse al lunes si las temperaturas mínimas bajan a menos de 5 grados en los próximos día, según informó el diario Clarín.
Según datos de ENARGAS, hubo una demanda nacional de 128 millones de metros cúbicos de gas y el sistema de distribución sólo pudo entregar 112 millones Además se resintieron las exportaciones a Chile, reducidas a 500.000 metros cúbicos diarios, la mitad del volumen mínimo que el gobierno se comprometió a entregar, afirmó La Nación.
"El sistema energético está firme, fuerte y de pie, igual que la Argentina", había dicho el ministro de Planificación Federal Julio De Vido hace una semana, al inaugurar la segunda turbina de la central térmica de Campana. Luego admitió: "Puede ser que tengamos algunas restricciones en gas, pero lo vamos a cubrir, en los días de pico, con combustibles líquidos".
La falta de gas fue más grave por -al margen del déficit de infraestructura- el paro de los trabajadores petroleros de Santa Cruz, que se levantó recién ayer. No sólo afectó la inyección de gas patagónico, sino que también quitó presión a los gasoductos.
Hubo además una decisión oficial de privilegiar la generación térmica de energía: el agua en las represas y usinas hidráulicas se preservó para los períodos críticos del invierno.
El corte no es total: sólo se aplicó sobre los contratos "interrumpibles" (que pagan menos a riesgo de exponerse al racionamiento) o a los denominados "contratos firmes con ventana", que la empresa y la distribuidora de gas firman para acordar una determinada cantidad de días de corte por año, según reportó el diario La Nación. Desde 2004 ya no se otorgan contratos "firmes", con total garantía de suministro.