Bitcoin, la criptomoneda más popular, duplicó su valor de enero a diciembre de 2019 y sacudió a más de uno porque se convirtió en el activo más rentable del año. Y esto a pesar de que apenas un 8% de la población norteamericana invierte en criptomonedas y otro tanto tiene interés en hacerlo. Ni hablar que en Argentina se estima en 1,5% la población del país que invierte en este mercado y otro porcentaje similar tiene interés. Todo esto grosso modo porque no hay estadísticas oficiales sino aproximaciones de las empresas que integran este ecosistema de criptomonedas.
El caso es que, con Millenials o miembros de la Generación Y, (el perfil de inversores de la popular Ripio van de 25 a 40 años), este modelo de inversión viene avanzando a pasos agigantados. “El Bitcoin empezó el año anterior con una cotización en los niveles de los 4000 dólares y terminó en el orden de los 8.000, un 100% muy holgado y lejano a la rentabilidad de otros activos como el oro (17 a 20%); las acciones (un poco más del 20%) y los Bonos del Tesoro (más del 5%)”, explica Juan José Méndez, líder de Marca de Ripio. Esta plataforma digital para comprar y vender criptomonedas y almacenarlas en una “billetera virtual”, tiene operaciones en Argentina, Brasil, México y Colombia y cerca de medio millón de usuarios que la vuelven la más popular de Sudamérica. Pero entienden que su mayor desafío hoy pasa por la docencia. “Estamos creando mucho contenido en español para que los interesados conozcan cada vez más el sistema e ingresen”.
Durante 2018 se hablaba de problemas graves en este mercado e incluso se vaticinaba que podrían desaparecer. Sin embargo, las vemos vivitas y aumentando su valor. Para Méndez, esto en parte sucede porque “el precio tiene que ver con la oferta y la demanda, pero no hay un ente regulador que toque las variables del precio. No hay forma de predecirlo”. Aunque si destaca que hay una gran transparencia porque las transacciones se asientan en Blockchain. “Es información imborrable, donde aparecen las claves públicas de los usuarios (una especie de CBU) y los montos”, agrega.
Y si bien el precio no se puede predecir, en su visión factores como el “halving” impiden la posibilidad de inflación y pueden augurar mejores precios. Este halving es la forma en que se estructura el sistema con la emisión controlada a través de un algoritmo. Cada periodos de unos cuatro años, la emisión de bitcoins (que ocurre cada 10 minutos y la llevan adelante los nodos “mineros” distribuidos en todo el mundo) se reduce a la mitad. “El halving ya ocurrió en 2012 y 2016, reduciendo la emisión de 50 a 25 bitcoins y luego a 12,5 bitcoins, respectivamente. En mayo de este año ocurrirá el tercer halving, lo que reducirá significativamente la emisión a 6,25 bitcoins. Sabemos que con estos procesos se dan cambios de precios”, agregó.
¿Hay que invertir en bitcoins?
En otro orden aparecen las stablecoins o “criptomonedas estables” que el año anterior se convirtieron en una nueva tendencia porque garantizan una cierta estabilidad al atar su cotización a la de otras monedas como el dólar, ofreciendo una alternativa más conservadora. En el mercado argentino, por obvias razones, stablecoins como DAI, USDC y TUSD se posicionan como alternativas de ahorro atractivas, ya que mantienen una cotización estable en un contexto de alta volatilidad y restricciones a las compras de moneda extranjera. En la jerga del mercado se las llamó cripto dólar pero Méndez explica la necesidad de ser bien claros. “No están respaldados por el gobierno de EE.UU sino que es una empresa que lanza una moneda respaldada por su propio sistema financiero. En el caso de DAI no está atado al Dólar oficial sino al contado con Liqui. Al trabajar sobre tecnología descentralizada es bastante transparente, y ante la coyuntura local, en nuestra billetera hemos visto triplicarse las inversiones. Lo vemos como una tendencia en la demanda”, asegura Méndez.
La regulación de las fintech es un tema de agenda que se relaciona con el creciente nivel de adopción de estas criptomonedas. Al no tener una regulación orgánica en Argentina, es indispensable generar un marco normativo claro donde intervengan todas las partes de la cadena, entre ellos reguladores, emprendedores y proveedores de servicios. “Participamos en varias instancias de debate y formamos parte de mesas de trabajo con diferentes instituciones como el BCRA, la CNV y el mismo Senado de la Nación porque democratizar la educación financiera y cripto hacia todos los sectores sociales y políticos es el presupuesto esencial para crear este marco”, finaliza este especialista en mercados de monedas digitales.