¿Vos no esperarías tres horas para poder comprar un buen vacío de novillo a $ 45 el kilo? La pregunta es una respuesta a PERFIL de Héctor, un docente e investigador de la Universidad Nacional de La Plata que gana casi $ 20 mil al mes y tiene 25 personas por delante en la fila para comprar carne en el Mercado Central de La Plata.
Inaugurado la semana pasada, es el segundo emprendimiento ideado por el vicepresidente de la Corporación Mercado Central de Buenos Aires, Alberto Samid, que pretende abrir cuarenta sucursales de ese tipo en todo el país, que se distinguen por aglutinar a productores que le venden directamente a los consumidores, evitando los costos de la cadena intermedia de comercialización.
Aunque, en el caso platense, Samid parece querer desentenderse luego de las disputas con el Intendente local, Pablo Bruera, desalineado del oficialismo.
Es la primera vez que Héctor compra en el nuevo mercado. Viene por la carne y las verduras. Piensa hacer una compra para el mes. Héctor ama los precios bajos. Dos lugares más adelante en la fila de la carnicería, una jubilada que vive en Tolosa, a 15 cuadras de donde funciona el nuevo mercado, recuerda cómo hace un poco más de un año toda esa zona se convirtió en el epicentro de la inundación que sufrió la capital bonaerense.
Es la segunda vez que asiste a comprar al nuevo centro comercial. “Tengo tiempo y cobro la mínima”, dice la jubilada. Es que la retirada del ministerio de Economía bonaerense necesita los precios bajos, como el del pan, de $ 10 por kilo, mientras que en las panaderías de su barrio se consigue por $ 18; o el paquete de arroz, a sólo $ 7.
A ella no le interesa que las galletitas y las conservas sean de marcas desconocidas. A Héctor, sí. Y prefiere comprar los fideos en los hipermercados de la zona. “Pero nadie te vende tan buena carne a este precio”, recalca.
El Mercado Central sede La Plata tuvo entre diez mil y veinte mil visitantes el día de su inauguración, de acuerdo a quién se consulte. En su primera semana, la concentración de compradores se mantuvo tan alta que las filas en el puesto de carnes y en el de verduras superaban las sesenta personas entre las 12 y las 14, a pesar de que está abierto todos los días de 8 a 16.
La clave es la presencia de dos empresas platenses: el Frigorífico Gorina y Panificadora Timosi, además del sector de verduras nutrido por los productores del cinturón hortícola platense. En estos tres puestos se concentra la demanda.
“Me hubiera gustado que como lo hicimos en Cañuelas: aquí logré traer la Serenísima, los productos de Molinos, entre otras marcas conocidas”, explica en entrevista telefónica Samid, que no quiere hablar mucho del de La Plata. Es que el empresario de carne quería instalar el mercado en pleno centro platense. Hasta alquiló un local a dos cuadras de plaza Paso, uno de los barrios más caros de la ciudad. Pero Bruera no se lo permitió. PERFIL pudo contar que al menos cincuenta empleados municipales ayudan en el mantenimiento del predio. Tanto es así que Samid no asistió a la inauguración de la sede platense.
“Esto es como los hijos, cada uno sale distinto. Venga al de Cañuelas que va a encontrar un muy linda nota”, le pidió Samid a este medio. Y afirmó que pronto se abrirán las sedes de Tecnópolis y otra en Carlos Casares.