Mientras el Gobierno mantenga la mira en las proyecciones semanales de la cosecha de este ciclo y demuestre no descuidar el devenir incierto de la ganadería de carne, esta semana los productores lecheros salieron al ruedo para reiterar, quizá por última vez, que hasta aquí llegaron.
El tambo se rebeló y, sin cabildeos, fijó fechas para decidir en asambleas las acciones gremiales que se vienen: comenzarán entre el 8 y el 9 de junio y la expresión de la bronca sectorial, con pautas y métodos aún por definir, saldría a la luz antes de las elecciones legislativas.
No es novedoso remarcar que el sector ya no tiene resto, pero vale recordar que nunca recibieron ni un sólo centavo de los famosos y promocionados incentivos que se anunciaron desde el Gobierno. Es más, las autoridades preveían recibir esta semana a los referentes "K" de la lechería, los mismos con quienes históricamente desembarcaron en algún acuerdo, pero, inesperadamente, desde el ministerio de Producción se dejó saber que la reunión se suspendía hasta nuevo aviso.
El dato no es menor y un rápido sobrevuelo sobre la crisis sectorial pone blanco sobre negro en la cuestión. Sucede que hace pocos días, en otro encuentro cerrado entre referentes del tambo (no reconocidos por sus pares de la Mesa Nacional) y autoridades nacionales, se dejó volar la imaginación y allí, hace unos siete días, hasta se habló de incrementar el subsidio de 10 centavos por litro en los pagos que perciben los tamberos.
La propuesta -se desconoce aún si pergeñada en conjunto o sólo por alguna de las apartes-, preveía contemplar una suerte de 'reconocimiento' económico para los productores que superasen la producción techo fijada en 3.000 litros. Dicho de otro modo, y según revelan asistentes al encuentro, se consideraba la posibilidad de pagar los ya famosos 10 centavos adicionales 'hasta una producción" de ese volumen, superado el cual el precio volvía a ser el de siempre.
Tanta maraña de explicaciones, sin fecha fijada para una entrada en vigencia efectiva, cayó bastante mal entre los principales referentes nacionales de la lechería y, luego de reclamar hasta el hartazo sin recibir respuestas, esta vez fueron a lo seguro y anticiparon que, con asambleas y movilizaciones, antes del 10 de junio comenzarán una serie de acciones que, para concretarlas, dicho sea de paso, no consultaron sino que sólo comunicaron a los integrantes de la Mesa de Enlace Rural.
Hoy por hoy, y de cara a la ausencia de medidas concretas que permitan reactivar la lechería y reposicionarla, la protesta tambera parece inevitable...en especial porque las autoridades, embarcadas de lleno en la campaña, difícilmente se dispongan a reparar, justo ahora, los desaguisados que se hicieron en nombre de las 'soluciones' que se pretendía dar a los reclamos del tambo.
La actividad se derrumbó, junto con decenas de establecimientos, casi en forma simultánea a la caída que mostraron los precios internacionales que, aunque pegaran un nuevo salto favorable, seguirían sin poder aprovecharse en el país, donde las exportaciones siguen bien...cerradas, o burocratizadas al punto de desalentar al más animado por acercarse a los mercados externos.
Así las cosas, los productores de leche aseguraron que, sin cambios estructurales en la política oficial hacia el sector y a nivel nacional, la protesta será inevitable.
Es que vienen de participar en asambleas multitudinarias que se multiplicaron como hongos en el país y la convocatoria de los primeros días de junio no sería más que la antesala de una concentración nacional, un gran encuentro productivo a nivel país con epicentro en Córdoba o Santa Fe, que se está pergeñando entre las bases para la segunda semana del próximo mes. Después de esas fechas, los tamberos se limitan a decir que el quebranto es insostenible y que la gente está movilizada desde hace meses, por lo cual descuentan que, aunque no esté definido el día, la protesta del tambo es inevitable.
(*) Agencia DYN
