Lamentablemente este gobierno o quien lo suceda deberá ajustar el tipo de cambio entre el peso y el dólar. La pregunta más bien es cuándo y cómo lo harán.
El peso ya se devaluó, y ello se refleja en la inflación que venimos sufriendo desde hace años. Una moneda se devalúa cuando pierde poder de compra respecto a todos los bienes, no sólo frente al dólar.
Pero, ¿cuánto vale hoy un dólar medido en pesos?
El Gobierno dirá que el valor del dólar se determina en el mercado oficial. ¿Eso es cierto?
Hoy se negocian dólares en tres mercados: el oficial (utilizado para comercio exterior, dólar ahorro y dólar turista), el informal o blue y el dólar bolsa en sus distintos formatos.
Los tres tienen valores distintos, ¿cuál refleja mejor el valor del dólar en Argentina?
Al dólar blue o informal podríamos descartarlo, pues son transacciones son “en negro” y no son transparentes.
El dólar oficial cada vez pierde más relevancia pues hay un solo oferente “voluntario”: el BCRA. Los exportadores sólo venden allí porque están obligados. Todos le quieren comprar dólares al BCRA porque lo perciben barato. Al precio oficial el BCRA no puede abastecer a toda la demanda y de ahí la necesidad del cepo. Día a día el BCRA “reduce el alcance de su acción”. Cada día limita más el dólar ahorro, las liquidaciones a importadores o la autorización de giros de dividendos.
Mientras el Gobierno defiende la idea de administrar el tipo de cambio, el BCRA pierde poder de fuego.
El BCRA puede influir menos en el mercado de cambios por una sencilla razón: tiene pocas reservas. Las empresas e individuos tenemos en el país más dólares que el BCRA.
El BCRA ya perdió poder de fuego para administrar el tipo de cambio a futuro. Todos saben que no puede sostener por mucho tiempo el valor del dólar oficial (hoy fijado en torno de los $ 9,4 por dólar). Todos estamos buscando un referencia al dólar por fuera del BCRA pues sabemos que el dólar oficial es insostenible.
En esa búsqueda aparece el “dólar bolsa”. Es un mercado transparente, con transacciones “en blanco”, suficientemente líquido y fundamentalmente “voluntario”.
Los activos que utilizan los inversores para hacerse de dólares tienen cotizaciones transparentes y se negocian no menos de cincuenta millones de dólares por día para estos fines, un volumen aceptable teniendo en cuenta las dimensiones del mercado de capitales local.
El dólar bolsa está hoy en torno a los $ 14 por dólar. A ese precio hay quienes voluntariamente compran y/o venden. Una Cámara de Apelaciones esta semana sostuvo que si alguien tiene una deuda en dólares y el Gobierno no se los vende, puede ir a la Bolsa a conseguir dólares. En castellano, hay un mercado legal por fuera del dólar oficial.
¿Por qué motivo un inversor cambiaría a $ 9,4 un bien que el mercado quiere comprar a
$ 14?
Hay importadores a quienes les deben dólares por importaciones ya hechas. Si Ud. fuera gerente de compras de una importadora, ¿a qué precio estima que va a terminar comprando esos dólares?
Al BCRA le quedan pocas opciones a mediano plazo: i) profundiza el desdoblamiento del mercado limitando las operaciones al dólar oficial a exportaciones e importaciones, dejando que el resto se resuelva con un dólar libre o financiero, ii) acelera la devaluación el tipo de cambio oficial acercando su cotización al valor del dólar bolsa, o iii) una elegante combinación de ambas.
Lamentablemente el “daño” ya está hecho. Enojarse por una devaluación que ya ocurrió es como que un fumador empedernido se enoje con el médico cuando le muestra una radiografía de sus pulmones.
Todavía tenemos la opción de ordenar nuestra economía sin que el peso de los
cambios afecten a los que menos tienen. Las economías regionales piden a gritos un cambio de política. Ni la siembra del bendito “yuyo” de la soja es rentable lejos de los puertos.
En economía como en la vida se pueden hacer muchas cosas, menos evitar las consecuencias de nuestros propios actos.
*Licenciado en Economía, docente.