El ministro de Economía, Martín Guzmán, reiteró en la semana que no habrá devaluación tras las elecciones, aunque los analistas dan por descontada una “aceleración significativa” del tipo de cambio oficial luego de los comicios. Los economistas consultados por PERFIL sostienen que “es insostenible” mantener el ritmo de ajuste planchado en 1% mensual frente a la aceleración inflacionaria y con reservas netas escasas cuando hay pagos de deuda con el FMI en diciembre y el primer trimestre de 2022.
El Gobierno reforzó el mensaje en medio de la suba de los dólares libres que alcanzaron nuevos récords, dificultades para renovar vencimientos de deuda, y mayor emisión monetaria para asistir al Tesoro.
En este contexto, un informe de LCG alegó que “el mercado ya tomó nota de que el escenario de devaluación es más probable: las tasas de los futuros de dólar saltaron del 45% al 55%”.
"El mercado ya tomó nota de que el escenario de devaluación es más probable"
Los economistas consultados admiten que “no está claro” si habrá un salto discreto como en enero de 2014 durante la gestión de Axel Kicillof en Economía y Juan Carlos Fábrega en el Banco Central, que fue del 20%, o si tomará mayor velocidad el ritmo de ajuste mensual del tipo de cambio (crawling peg).
Algunos vislumbran un salto inicial, aunque la mayoría se inclina por una aceleración del crawling peg. La otra gran duda que esgrimen es si ese ajuste será en el marco de un plan integral y acuerdo con el FMI, lo cual es clave, porque de lo contrario advierten que se trasladará todo a precios.
Al respecto, Javier Casabal, de AdCAP, remarcó que la incógnita es “si será una devaluación ordenada o desordenada, en este momento no vemos funcionarios fuertes, con decisión política sobre un rumbo, no queda claro hacia dónde se va con el FMI, hay mucha incertidumbre que implica un riesgo de hacerla sin un plan coherente”.
Más velocidad. Sebastián Menescaldi, director de Eco Go, señaló que “más allá del resultado electoral esperamos que vuelvan a hacer un crawling como estrategia de salida del congelamiento actual con un ritmo de entre 2,5% y 2,8% mensual más en línea con la inflación”, aunque “hay que ver qué pasa con el acuerdo con el FMI que es lo que va a convalidar o no ese ritmo”.
“No tenés tantas condiciones para hacer un salto devaluatorio dado que el nivel de reservas netas es inferior, por lo cual la capacidad para soltar el tipo de cambio y después aguantarlo es mucho menor que en 2014”, fundamentó.
Leo Schialva, de Delphos, concordó: “Aceleración vamos a ver, pero no creo que sea un salto discreto porque la macro no está para eso, pasaría todo a inflación enseguida”.
Adrián Yarde Buller, de Facimex Valores, dice: “Creemos que después de las elecciones el BCRA acelerará la tasa de devaluación a un rango de 4%-5% mensual para estabilizar las reservas”. “Aunque no se puede descartar un ajuste discreto como en 2014, lo más probable es que se intente ir por una aceleración de la tasa de devaluación ya que la apreciación real a corregir no es tan significativa y un sendero de ajuste gradual parece acarrear menor costo político”.
En sintonía, Natalia Motyl, de la Fundación Libertad y Progreso, dijo que “la velocidad de devaluación que se espera es un promedio mensual del 5% hasta el tercer trimestre de 2022; seguirán interviniendo el mercado con los dólares que lleguen del agro en los últimos meses y desde el turismo”.
Los analistas creen más probable que aumente el ritmo de ajuste mensual del tipo de cambio
Víctor Ruilova, de EconViews, también prevé “una aceleración arriba de la inflación para recuperar competitividad, de alrededor de 15% repartida en el verano; para marzo proyectamos un tipo de cambio de $ 130”. Además, juzgó que un “salto de una sola vez de 20-25%” podría suceder “si llega marzo y no hay acuerdo con el FMI y no se pagan vencimientos”.
Federico Moll, de Ecolatina, coincidió en que luego de los comicios, “de mínima tienen que ajustar el tipo de cambio levemente por encima de la inflación”. “De salir mal, tendrán que hacer un salto cambiario o aumentar los controles y dejar más gente afuera del mercado formal”, especuló.
Moll recordó que a fines de 2013 Kicillof intentó una aceleración gradual del tipo de cambio pero “no le funcionó y tuvo que convalidar un salto cambiario en enero”.
Por su parte, Fernando Marull, de FMyA, le asignó “70% de probabilidad a que después de las elecciones el BCRA acelere el ritmo de crawling peg, el mercado espera 5% o 6% en enero, que busque no vender tantas reservas endureciendo el cepo, es el escenario ‘aguantar’ hasta que pase el verano y firme con el FMI”.
No obstante, ve un 30% de probabilidad de que la crisis cambiaria termine con un salto como en 2014, sea porque no funcione el crawling peg y sigan perdiendo reservas, o “porque no haya acuerdo con el FMI”.
Salto. La percepción de Diego Martínez Burzaco, de Inviú, es que se puede “ir a una situación como la de 2014 con algún salto discrecional del tipo de cambio entre 20-25%, y luego un crawling peg mucho más acelerado y alineado con la inflación”. Pero alertó que “hacer una devaluación sin un plan económico integral y acuerdo con el FMI tendrá un impacto muy marginal en arreglar las cuentas públicas, y se irá a inflación muy fuertemente”. “En 2014 había US$ 17 mil millones de reservas netas para defender el tipo de cambio, hoy no tenés ese margen”, contrastó.
Lucas Yatche, de Liebre Capital, también avizora “un salto importante en diciembre, enero o febrero, no tan fuerte como en 2014, y después que el crawling peg vaya más en línea al ritmo de la inflación”.
Casabal evaluó que la experiencia de Kicillof “de aumentar gradualmente el ritmo de devaluación fue negativa porque desincentivó a exportadores e incentivó las compras”.
“Creo que debería haber un salto discreto para ordenar mejor”, concluyó.
El Banco Central vendió US$ 290 millones
El Banco Central debió vender ayer US$ 290 millones para abastecer la demanda en el mercado oficial, y es el mayor monto desde el 25 de octubre de 2019 cuando en la rueda previa a las elecciones presidenciales desembolsó 812 millones.
En despachos oficiales lo atribuyeron a “la fuerte demanda de importadores y para formación de cobertura”. Así, el BCRA cerró octubre con un saldo neto comprador de US$220 millones, frente a ventas por US$950 millones en septiembre. “Se mantuvo como el mejor octubre de la última década”, remarcaron las fuentes.
En este clima, el dólar blue cerró ayer $197,5, con lo cual bajó 5 centavos frente al jueves cuando registró un récord de $198. En el mes trepó $11,5, y en el año escaló $31,50. La brecha cambiaria alcanzó a 98,05 % con el dólar mayorista que finalizó en $99,72 con un alza en el mes de 0,99%. En el año aumentó 18,50%. El dólar minorista finalizó en $105,22, en el mes subió 92 centavos, y el solidario quedó en $173,63
Las divisas financieras reguladas por el BCRA, el CCL y el MEP, se ubicaron algo arriba de $179. En cambio, el CCL libre operado con la acción de YPF cerró en $210,07.