ECONOMIA
creditos de hasta tres mil pesos

El banco privado más grande se mete en el negocio de prestar "a sola firma"

Más de medio millón de personas se endeudan en pequeñas financieras. El Santander Río competirá en ese mercado, ya ofrece tarjetas de crédito sin pedir recibo de sueldo.

Los túneles terminaban en el Banco Río y en el Banco Piano de Flores.
| CeDoc

Isidro Casanova, Morón, San Miguel, Lomas de Zamora. Los próximos destinos en los que el banco Santander Río, el mayor de la Argentina, abrirá parte de sus nuevas sucursales muestran que la filial del grupo español busca ampliar su frontera de negocios en tiempos de menos actividad: intentará poner un pie en los créditos para los sectores de menos recursos, como parte de un plan de inversiones en puntos de venta de más de $ 330 millones en los próximos dos años.

Se trata de una apuesta que está causando un cimbronazo en un segmento, el de los préstamos “a sola firma”, hoy dominado por bancos y financieras que cobran hasta más de 200% por prestar sumas bajas a personas con ingresos no registrados. El plan es abrir pequeñas oficinas con menor costo de mantenimiento que una sucursal tradicional, donde se podrán pagar servicios públicos, con un cajero automático disponible durante un determinado  horario del día, más la oferta de préstamos o tarjetas de crédito, en principio por $ 2 a 3 mil con una tasa de interés algo superior a la inflación real del 25%.“Al ofrecer servicios de banca transaccional, podemos obtener liquidez a costo cero, y entonces podemos dar créditos al 30%, cuando el resto de los jugadores lo hace a múltiplos de ese número”, indicó Enrique Cristofani, presidente del banco, en una rueda de prensa en Santander, España, durante el XII Encuentro Santander-América Latina, al que este diario asistió como invitado.

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Según la Red Argentina de Instituciones de Microcrédito, hay unas 600 mil personas endeudadas con firmas como como Efectivo Sí, Cetelem, Credifácil o similares, que en algunos casos están reguladas por el Banco Central y en otros no. La banca pública, el Gobierno y las ONGs abastecen, en tanto, con planes de microcréditos a unos 200 mil beneficiarios. El auge de la economía en los últimos años, y en especial el sector de la construcción, motorizó el consumo de sectores que, al no poder acceder a los bancos, toman crédito para comprar una moto o reparar una herramienta a tasas elevadas, a tal punto que algunos especialistas han advertido sobre los peligros del sobreendeudamiento de personas de bajos ingresos con prestamistas de alto costo.

La apuesta de Santander Río es captar parte de esa demanda. En el barrio La Juanita, en Isidro Casanova, partido de La Matanza, ya funciona una primera sucursal. El Río llegó allí de la mano del dirigente y ex diputado Héctor “Toti” Flores. Gracias a otros referentes barriales, las próximas bocas de expendio se instalarán en otras localidades también del Gran Buenos Aires, como Castelar Sur y San Miguel. Y están analizando desembarcar en Lomas de Zamora, en algún punto de Camino Negro.

Según explicaron en el banco, que ganó 329 millones de euros en la Argentina en 2012, se trata de poder prestar a personas con “ingresos inferidos”. En el shopping Alto Avellaneda, por caso, ya hay una isla que ofrece tarjetas de crédito sin recibo de sueldo. Para Cristofani se trata de hacer “inclusión financiera”, ya que en la Argentina en promedio hay 1 sucursal bancaria por cada 10 mil habitantes, pero con una distribución muy heterogénea: en Casanova hay un cajero cada 100 mil habitantes.

Santander Río planea remodelar este año 80 sucursales en todo el país, con un desembolso de $ 150 millones, y destinar otros $180 millones hasta 2015 para abrir nuevas.