Para Sabrina Corujo, research manager de Portfolio Personal, la situación en el vecino país “sirvió como excusa para poner el mercado en un nivel más arriba, creemos que hay un nuevo piso en la zona de $ 16, y esto es algo que incluso buscaba el Banco Central con intervenciones diarias desde mayo”.
De acuerdo con la especialista, la incertidumbre que se generó en Brasil, llevó a acelerar el ritmo de devaluación que “venía demasiado contenido, e incluso con el que algunos ya se sentían incómodos”.
Pero hablar de nuevo piso, no significa que haya una expectativa de disparada del tipo de cambio. Corujo aclaró que “nadie está pensando en una disparada del dólar” porque continuará la oferta elevada de divisas en el mercado. Entre los motivos más claros se encuentran: el efecto del sinceramiento fiscal que aún perdura, las emisiones de deuda y una liquidación de la cosecha que sigue en marcha.
En lo que se refiere a las operaciones de futuros de dólar, el efecto Temer se hizo sentir. Andrés Ponte, presidente de Rofex resumió: “Habitualmente, cuando hay esta clase de ruidos, aumenta la volatilidad y el volumen operado. Y así fue, el martes se operaron mil millones de dólares, pero el miércoles y viernes esa cifra descendió hasta US$ 700 millones”.
Al cierre de la semana, los contratos con vencimiento en julio se pactaron en $16,59, mientras que los de agosto terminaron en $ 16,86. “Se registró, por ejemplo, un fuerte repunte de las operaciones para abril de 2018 que se acordaron con un dólar a $ 19, pero rápidamente bajó 25 centavos hasta finalizar en $ 18,75”.
Refiriéndose específicamente a la liquidación de soja, Ponte dijo que por un tema de precios, hay negociadas sólo 20.370 millones de toneladas frente a los 57.500 millones totales. “El precio está un 15% por debajo del registrado el año pasado a esta fecha”, explicó sobre el comportamiento del sector y una tonelada que cerró en US$ 345 en el mercado de Chicago. Así, queda resto para compensar la incertidumbre de Brasil.
La oferta de divisas seguirá elevada teniendo en cuenta que el Ministerio de Finanzas informó esta semana que tomó del mercado US$ 1.500 millones por medio de la licitación de Letes, (con una oferta muy por encima que fue de US$ 5.600 millones). La Provincia de Buenos Aires también avanzó con su plan de endeudamiento y realizó una colocación en pesos por un equivalente a US$ 951,5 millones.
Sin compras. Uno de los factores que hicieron que algunos operadores del mercado comenzaran a hablar de un nuevo piso es la compra de dólares por parte del Banco Central, que entre el 10 y el 17 de mayo adquirió cien millones de dólares diarios para recomponer reservas internacionales, pero que a partir del día 18, cuando estalló el escándalo de corrupción en Brasil, suspendieron las compras hasta ayer.
“Creemos que con la suba del tipo de cambio, no necesitan volver para sostenerlo”, señaló un ejecutivo de un banco privado a PERFIL, quien agregó que “más allá de que las metas son de inflación, se necesita un tipo de cambio de equilibrio”.
Con todo, la posición del Banco Central sobre el incremento de reservas internacionales, no tiene plazos, por lo que la entidad asegura que evaluará cuándo avanzar sobre los US$ 21.300 millones que se compraron desde el inicio de la gestión actual. Ayer las arcas finalizaron en US$ 45.868 millones, después de que se realizara el tercer pago al Club de París que totalizó unos US$ 1.200 millones esta semana, según el acuerdo cerrado por el entonces ministro de Economía Axel Kicillof.
Braun define el modelo
Mientras las fábricas intentan subsistir en el nuevo contexto macroeconómico, el secretario de Comercio, Miguel Braun, aseguró ayer que el trabajo del Gobierno “es mejorar las reglas y el contexto para que las empresas y las personas se desarrollen, no decidir cuál sector es competitivo y cuál no” y aseguró que ninguna empresa mejora si se encierra sobre sí misma.
“Nuestro trabajo como gobierno es marcar la cancha, poniendo las reglas, haciendo obras de infraestructura que no se hacían desde hace décadas, generando un marco de más apertura y un contexto más sólido para que vengan las inversiones, y para que las empresas y las personas prosperen”, dijo. “Argentina tiene que ir al círculo virtuoso del mundo desarrollado, a competir con los mejores del mundo. Ningún equipo, empresa o país mejora si se encierra sobre sí mismo”, aventuró.