El modelo K de generación de empleo, que recuperó los puestos perdidos durante parte de la convertibilidad y la crisis de 2001, está agotado y los especialistas no ven en el horizonte cambios que le permitan al mercado laboral recuperar el dinamismo que adquirió en los primeros años del 3 a 1. Es más, la mayoría cree que la desocupación regresará a los dos dígitos antes de fin de año.
La suba de los costos laborales, licuados tras la devaluación del peso, es la razón por la que el mercado de trabajo se frenó, coincidieron economistas de la Universidad Católica Argentina (UCA) y el Instituto de Desarrollo Social Argentino (IDESA).
Los especialistas aseguran que el origen de la “crisis laboral” es más fruto del agotamiento del modelo de crecimiento basado en salarios reales bajos que de la crisis financiera internacional.
El principal motor de la expansión hasta comienzos de 2008 fue la abrupta caída del salario real producida por la devaluación de 2002. Ahora, con costos laborales a niveles similares a los que había antes de la devaluación, para enfrentar el desafío de mantener el empleo y el salario real es necesario cambiar la política laboral. “Por el contrario, si se insiste en profundizarla, los costos sociales serán enormes”, advirtien los expertos en el tema.
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