A horas de la votación que determinará el futuro del plan de salvataje estadounidense, las bolsas asiáticas cerraron hoy en baja, mientras que en Europa los mercados bursátiles abrieron con resultados dispares.
En las principales plazas europeas, los operadores esperaban ansiosos la aprobación del multimillonario plan de rescate del gobierno estadounidense, que el lunes fue rechazado por la Cámara de Representantes. El salvataje, que hoy vuelve a la Cámara Baja con modificaciones, permitiría al Estado hacerse cargo de los créditos “tóxicos” de los bancos que causaron la actual debacle del sistema financiero.
En Europa, el índice Footsie de la Bolsa de Londres cedió 0,07% al abrir, el CAC 40 de la de París registró un avance de 0,34% y el Dax de Franckfurt ganó 0,38%. En Asia, mientras tanto, la gran mayoría de los mercados fue arrastrado por la recaída que sufrió ayer Wall Street: la Bolsa de Tokio terminó la semana con un retroceso del 1,94%, Hong Kong cerró con una caída de 2,9% y Sidney perdió 1,4%.
A la espera de la aprobación del plan de rescate del gobierno de Bush, y mientras la crisis del sistema financiero comienza a mostrar sus consecuencias sobre la economía real, los bancos centrales siguen bombeando reservas en el sistema financiero para evitar que se quede sin liquidez ni posibilidades de crédito.
El Banco de Japón (BoJ) anunció hoy una inyección de 800.000 millones de yenes (5.500 millones de euros) en el sistema bancario del archipiélago, en lo que constituye su decimotercer día laborable consecutivo de intervención.
El Banco Central Europeo (BCE) anunció también una inyección de 50.000 millones de dólares. En la semana que acabó el 1 de octubre, los bancos estadounidenses tomaron prestados 368.000 millones de dólares a tasa de descuento, casi el doble que la semana precedente, que ya había constituido un récord, según cifras de la Reserva Federal estadounidense (Fed).
En Estados Unidos, empresarios de todos los sectores reconocieron que hay cientos de miles de puestos de trabajo en riesgo, situación que se repite en Europa. Las ventas de automóviles, por ejemplo, cayeron en gran parte del mundo, con serias consecuencias sobre el mercado de trabajo.
La falta de crédito para las empresas, a la que se refirió Bush al exhortar a los legisladores de su país a votar a favor del plan de rescate, está complicando las operaciones de Pymes a lo largo y ancho del país. Eventuales despidos masivos profundizarían la crisis del mercado hipotecario, que dio lugar a la debacle financiera actual. El número de estadounidenses que pidió seguro por desempleo aumentó la semana pasada a casi medio millón de personas, el nivel más alto en seis años.