El Gobierno inició un camino de diálogo y seducción con las centrales empresarias que dan cuenta del consumo. Una parte de esa tarea quedó en manos del ministro de Producción, Francisco Cabrera, quien a mediados de diciembre pasado mantuvo una reunión reservada con el jefe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), Osvaldo Cornide. El objetivo era desactivar los informes negativos sobre el rumbo de la actividad económica, que hablan de la caída sistemática de las ventas en el mercado interno, que golpea centralmente sobre comercios y pymes.
La otra negociación se llevó adelante con la Cámara Argentina de Comercio (CAC), la central que reúne a shoppings y grandes cadenas comerciales. Esa relación está más avanzada y muestra de ello fue la visita del presidente Mauricio Macri al acto por el 92º aniversario de su fundación. “Me gusta ver que tenemos muchas coincidencias”, le dijo Macri al cierre del evento y les marcó sutilmente la cancha: “Los empresarios tienen que preocuparse por renovarse”.
Pero la relación con Cambiemos parece afianzarse con ambas centrales luego de la decisión del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, de sacar a los vendedores ambulantes de la calle, en el barrio de Once. “Hace años que venimos con esto. Permanentemente, todos los meses, la CAC realiza un relavamiento en Capital y el Conurbano sobre los manteros. Y se lo enviamos a los gobiernos de turno. Nos sentamos a conversar con todos los gobiernos democráticos. Algunos, como éste es más proclive. Otros, como el que se fue gracias a Dios, no lo era”, sintetizó ante PERFIL el secretario de la CAC, Mario Grinman.
La CAME también festejó el acuerdo que –después de un operativo policial que incluyó represión y tres días de negociaciones– permitió sacar a los vendedores ambulantes de la calle. Los ubicarán en un predio y la cámara que encabeza Osvaldo Cornide financiará la capacitación de dos meses de los vendedores censados: les pagará $ 11.700 por mes. Parte del caudal para sostener esa medida sale del Instituto Nacional de Capacitación Profesional y Tecnológica para el Comercio (Inacap), que comenzó a funcionar en 2008 y se financia con el 0,5% del salario básico de los 1,2 millones de trabajores del sector: son unos 84 millones de pesos mensuales, que se distribuyen en partes iguales entre CAME y CAC.
Acercamiento. En CAME esperan que este gesto permita mejorar la relación con Macri, que está cortada desde fines de 2011. A este aporte en metálico, la CAME suma también el último encuentro que mantuvo con Cabrera a mediados de diciembre pasado. “Cabrera llamó a Cornide para tomar un café. El Gobierno quiere acercarse a CAME y, como parte de la negociación, se le pidió a Cabrera que el presidente Mauricio Macri fuera a inaugurar el edificio nuevo (en Leandro N. Alem 452). Cabrera dijo que sí”, detalló a PERFIL una fuente que conoce el curso de las conversaciones. Desde Producción confirmaron el encuentro y el pedido, pero no negociaciones sobre datos de consumo. Es que la moneda de cambio sería bajar el nivel de exposición de los informes sobre caída de la demanda que vienen reflejando en los últimos meses.
Las diferencias entre CAME y el gobierno nacional habían quedado sobre la mesa el 1º de septiembre pasado, cuando se festejó el Día de la Industria. La vicepresidenta Gabriela Michetti y los ministros Rogelio Frigerio (Interior) y Jorge Triaca (Trabajo) habían confirmado su presencia pero una hora antes avisaron que no irían. Dejaron a Cornide solo pero dijeron presente en la Unión Industrial Argentina (UIA), que aportó funcionarios al gabinete nacional, como el secretario de Industria, Martín Echegoyen.