Desde Mar del Plata
Tajante, el economista Luis Secco respondía a todo el que lo cruzaba en el lobby del Sheraton Playa Grande que tiene dos escenarios: uno con caída del PBI si gana Scioli, y otro con crecimiento si se impusiera Mauricio Macri. Su tesis: gana el FpV, se mantiene la situación actual, hacia mitad de 2016 se pincha la “burbuja de expectativas” y las variables financieras entran en crisis; o gana el PRO, la economía se sacude al principio con cambios fuertes de precios relativos (dólar y tarifas), y hacia el segundo semestre ya se crece y el año termina en positivo.
“El gradualismo es lo que quieren los fondos de inversión y los buitres, porque eso es más deuda-dependiente”, resume el consultor que desmiente pertenecer al equipo de Macri.
Desde Econviews, el economista Miguel Kiguel, expuso ayer ante los 900 invitados y explicó que para que se registre que hay “un cambio” la principal señal debe venir por la eliminación de restricciones cambiarias. “Es muy difícil sostener el tipo de cambio sin reservas”, explica, por lo que propone como “puente” hasta la normalización un desdoblamiento del tipo de cambio comercial por un lado, y otro para ahorro y turismo. “Cuando uno mira la historia, a pesar de que se le ponga fe y optimismo, las crisis vienen”, redondeó en su exposición. “Vamos a tener un período de turbulencia, pero corto”, añadió. Kiguel cerró su ponencia asegurando que “las correcciones se van a hacer ya sea por decisión política o porque las haga el mercado”. Y dejó una última reflexión: “La inflación va a seguir siendo un problema durante varios años, y se subestima el proceso para frenarla”.