El Cedin cumplió cinco semanas desde su puesta en marcha como instrumento principal del blanqueo de capitales impulsado por el Gobierno y, según datos del mercado inmobiliario que relevaron lo sucedido en julio, la dolarización de las ofertas vuelve a ganar terreno por sobre las expresadas en moneda local, dando marcha atrás con el proceso pesificación impulsado en el último año.
Según las fuentes del sector, la llegada del Certificado de Depósito de Inversión –según su nombre completo–, reanudó las pretensiones de los propietarios por obtener billetes verdes a cambio de sus ladrillos. Las cifras de julio, relevadas por ZonaPropIndex, muestran que la pesificación retrocedió en julio después de haber sufrido una fuerte baja en junio.
El mes pasado, también se registró un leve aumento de la cantidad de anuncios de venta en dólares, mientras que los expresados en pesos se mantuvieron estables.
Para los especialistas, los US$ 4,5 millones blanqueados que se aplicaron hasta el momento en el mercado inmobiliario no lograron mover el amperímetro. El arquitecto Martín Rodríguez apunta: “Lo que está moviendo al mercado son los grandes desarrolladores con espalda, los mismos que pudieron sobrellevar la crisis de 2001”.
Rodríguez agregó además que también tienen alguna participación los pequeños desarrolladores que se afianzaron gracias al uso de la figura del fideicomiso al costo, que aunque no permite indexación, sí contempla el ajuste por mayores costos o imprevistos, y con eso se está sobrellevando el efecto de la inflación.
Cambios. En este contexto, se ha ido reconfigurando el mercado inmobiliario. Leonardo Militello, socio en HM Arquitectos, explica algunas de las tendencias que se están observando en el sector: “El alquiler de oficinas temporarias está ganando terreno porque permite que se pacten acuerdos por tres meses y muchos escapan del largo plazo por incertidumbre”.
Por otra parte, el mercado de alquileres para estudiantes de intercambio del extranjero perdió empuje como resultado del cepo cambiario.
“Creo que unos de los barrios más golpeados fue Palermo, donde ahora se observan muchos monoambientes vacíos que tenían como destino el alojamiento de turistas. Tenemos que recordar que ese tipo de unidades tuvo un fuerte impulso porque fue considerado una inversión para las personas que escapaban de los bancos tras la crisis”, apuntó Militello.
En el sector de la construcción, la recuperación de la primera parte del año, tras la fuerte baja observada en 2012, no se sintió en todas las escalas, aún las empresas más grandes admiten dificultades.
“Hay evidencia concreta de que en este momento no es tan fácil operar, los márgenes se han reducido y se está trabajando con muy poca rentabilidad, baja o nula”, opina Santiago Tarasido, gerente general de Criba.