El ex presidente de la Cámara de la Construcción, Carlos Enrique Wagner, es uno de los empresarios que figuran en el top ten de los que más participaron en obras públicas nacionales durante el kirchnerismo. Según el ranking que difundió el Ministerio de Planificación (ver la solicitada en la página 12 de esta edición), su empresa, Esuco, representó el 2,06% de las obras, por $ 6.926 millones de pesos. Conoció a Néstor y Cristina Kirchner en Santa Cruz, y analizó el impacto de los planes con fondos oficiales.
—¿La lista que difundió Planificación es representativa de lo que fue la última década?
—Hay empresas extranjeras que no están, pero no podemos saber si son todas las obras. Es el Estado el que tiene el registro de todas las licitaciones y los principales constructores y proveedores son esos que están ahí.
—¿Por qué cree que el Gobierno la difundió? ¿Para despegar al empresario Lázaro Báez de los primeros lugares?
—No sé por qué lo hizo, pero el Gobierno está en todo su derecho de hacerlo.
—¿Puede haber cambiado la composición hoy de la lista de los principales beneficiados? ¿Que alguna de las empresas hoy no tenga tantas obras a cargo?
—A lo largo de 12 ejercicios siempre hay variaciones, no es constante entre un año y otro en todos los sectores. De todas formas, Techint siempre fue la más importante.
—¿Cómo está el sector de la construcción en obra pública hoy?
—En la obra pública hay mucho trabajo. El consumo de cemento, que es nuestro parámetro, sigue en volúmenes muy altos. El sector en general tiene una demanda local de ocupación importante, también en las obras privadas y en los proyectos mixtos como el Procrear y los programas de vivienda provinciales.
—¿Se ve un crecimiento vinculado a la campaña?
—La mejora viene desde principios de año, no está vinculada a la campaña. Si todo sigue así, el consumo de cemento va a ser récord este año. Se sigue invirtiendo en ladrillos. El sector tiene mucho trabajo.
—¿El aumento de la brecha entre dólar oficial y paralelo impactó en la actividad?
—El dólar afecta más a la vivienda privada de clase media para arriba, pero hay muchas opciones de pago en pesos y con financiamiento.
—¿Qué perspectivas tiene para el sector según quién gane las elecciones?
—No sabemos bien cuál va a ser la política para el sector según quién resulte electo. No recibimos ninguna señal para el sector todavía, pero estimamos que los proyectos grandes, ya pactados, van a seguir porque llevan varios años.
—¿Espera más financiamiento externo con la llegada de un nuevo gobierno?
—Las obras importantes hasta ahora se hicieron con financiamiento externo. En este momento el financiamiento es de China, antes era brasileño, pero siempre se mantuvo el financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) y Fonplata, por ejemplo. Nadie puede desaprovechar las fuentes de financiamiento y hay muchos programas en ejecución.
Demoras chinas
Esuco, la empresa de Carlos Wagner, es la encargada de la construcción de la estación espacial china en Neuquén, un proyecto que sufrió demoras e implicó despidos en los últimos meses. Pero el empresario aclaró que sigue en pie. “La parte principal de la obra está hecha, y se destina menos personal, pero era lo previsto para la etapa siguiente”, sostuvo Wagner, encargado de la carcasa que albergará a los equipos de la agencia espacial.
“El atraso fue por un ajuste del proyecto que vino de China. Hubo que rehacer los cálculos para adaptarlo a las normas argentinas”, indicó, y sostuvo que el financiamiento se mantiene.