El empresario Eduardo Eurnekian decidió ampliar los rubros de sus empresas y desembolsó alrededor de 50 millones de dólares para quedarse con la mitad de Bodega del Fin del Mundo. Así, iniciará una sociedad con la familia Viola, dueña del emprendimiento patagónico, con el ojo puesto en conquistar nuevos mercados y posicionar los vinos argentinos en el mundo.
El desembarco de Eurnekian en la bodega es claro. Las familias pretenden "ampliar la capacidad de la bodega, profundizar el trabajo en el desarrollo de las líneas Premium, llevar los vinos de Bodega Del Fin del Mundo a nuevos destinos internacionales, afianzarse en el mercado interno e incursionar en nuevos proyectos productivos en otros países como Italia y Estados Unidos", según señala un comunicado.
Además, Los Eurnekian y los Viola pretender desarrollar el sector turístico de la bodega por medio de nuevas propuestas hoteleras y gastronómicas. El empresario Matías Gainza Eurnekian, quien se desempeña además como director de Unitec, una empresa perteneciente a Corporación América, será el encargado de llevar adelante las nuevas ideas.
Los proyectos contarán con el asesoramiento del enólogo francés Michel Rolland, "una auténtica leyenda del vino" y consultor de la bodega neuquina desde el año 2004, según explicó la empresa.
También se recalcó que la industria vitivinícola argentina ha evolucionado considerablemente, "conquistando los mercados más exigentes gracias a su calidad excepcional" y que "sin modificar el espíritu fundacional de sus productos, Bodega Del Fin del Mundo inicia el camino para convertirse en abanderada de la promoción internacional de los vinos patagónicos y argentinos".
Bodegas del Fin del Mundo cuenta con vinos como Ventus y Newen, mientras que en la categoría de premium ofrece el Special Blend del Fin del Mundo, una botella que ronda, en las vinotecas, los 500 pesos.
Fuente: DyN.