“El cepo cambiario en la Argentina debe terminar sí o sí”, dijo enfático ayer el reconocido economista Guillermo Calvo, profesor de la Universidad de Columbia en su paso por Buenos Aires en el marco de la Conferencia Internacional sobre Mercados Emergentes que tuvo lugar en el Hotel Hilton.
El economista, reconocido por anticipar la crisis de la convertibilidad, se refirió a la situación actual del mercado cambiario local y consideró que “el cepo cambiario tiene que desaparecer, pero no se puede liberar todo de un día para el otro y dejar que el mercado regule solo”, y aseguró que, si bien se siente optimista sobre el futuro de la economía argentina, “la transición va a ser difícil”.
En diálogo con periodistas, señaló que existen ciertas dificultades para llevar adelante los cambios. Destacó en primer lugar un problema de credibilidad sobre las estadísticas oficiales: “No se puede anunciar nada con un cartel por delante que dice que se miente en esas cifras”, subrayó.
Además, indicó que la escasa profundidad del mercado de capitales hace que sea aún más complejo contar con herramientas que ayuden a encontrar una salida. “Creo que el gradualismo en materia cambiaria –sobre las microdevaluaciones que viene aplicando el Banco Central– no tiene un buen resultado, parece que se actuara con miedo”, opinó.
Destacó que existen diversas maneras de hacer un shock, pero que para eso se debe ser creíble, y también advirtió sobre la necesidad de cualquier gestión que pueda asumir en diciembre de tener en cuenta que, antes de abrir el cepo, “es preciso recordar que hay mucho dinero embotellado que las compañías no pudieron girar y quiero ver qué hacen si se levantan las restricciones de un día para el otro”.
De acuerdo con Calvo, una forma de suavizar los efectos de medidas económicas repentinas podría ser pedirles a las empresas que para sacar la plata del país compren bonos que luego puedan vender en Nueva York.
En tanto, Andrés Velasco, profesor de la misma universidad, advirtió que, en términos generales para la región, la buena época de precios altos en commodities, bajas tasas de interés en el mercado internacional y excesiva liquidez ha terminado.
En lo que se refiere estrictamente a la Argentina, Velasco puso énfasis en que la situación es compleja: “Desdoblamiento, inflación, déficit fiscal y el juicio de los holdouts hacen el escenario muy difícil. La buena noticia es que pocas señales de cambio pueden despertar mucho interés en el país”, dijo y agregó: “Sería erróneo pensar que se puede liberar todo en 24 horas”.